jueves, marzo 28, 2024

Madres de víctimas de feminicidio en el estado de México denuncian falta de atención de los gobiernos locales y federal.

Por Itxaro Arteta (@iartetam)

Fuente: Animal Político   

Eleocadia Matilde no podía dejar de salir a trabajar por la pandemia de COVID-19, al ser el único sustento de sus dos hijos, de 16 y 14 años. Pero para intentar un negocio propio, abrió una tiendita que la hija más grande ya podía atender sola en su casa, en una comunidad indígena de Temoaya, Estado de México. Todo fue bien los primeros meses, hasta que el 9 de mayo, la adolescente fue asesinada con saña: a Maicha Pamela González Matilde la ataron de las manos y la boca, la golpearon y la metieron en un tambo con agua hasta que se ahogó.

Su madre pasó el peor 10 de mayo de su vida y empezó una lucha por encontrar justicia. Primero tuvo que pelear por que la carpeta de investigación fuera abierta por el delito de feminicidio y no de homicidio. Después, escuchar que el proceso de investigación va lento porque con la emergencia sanitaria no es fácil avanzar.

Por ello, este lunes se manifestó junto con otras familiares de víctimas de feminicidio frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), a un lado del Zócalo de la Ciudad de México, para reclamar que la justicia no llegue para ellas.

Junto a Eleocadia estaba María Magdalena Velarde, originaria de Cuautitlán Izcalli, con una manta que decía “No fue suicidio, fue un feminicidio”, el nombre de su hija, Fernanda Sánchez Velarde, y la fecha que nunca olvidará: 4 de enero de 2014, hace ya seis años.

Todo empezó con un abuso: a Fernanda la embarazó su pareja cuando todavía era menor de edad. Se casaron, pero él llegó a decirle que solo lo había hecho para que la familia no lo fuera a denunciar por estupro, la obligó a dejar de estudiar para cuidar al niño y siempre fue violento con ella.

Cuando Fernanda estaba embarazada por segunda vez, uno de sus hermanos pasó por la puerta de su casa y vio patrullas. Fue a avisarle a su madre y cuando Magdalena llegó a la casa, su yerno le dijo que su hija se había suicidado, pero no la dejó entrar a ver la escena. En su lugar, identificó el cuerpo la mamá de él.

Pero los peritajes demostraron que el cuerpo de Fernanda no solo estaba colgado, sino que tenía la nariz destrozada, golpes por todo el cuerpo, y que las los cortes en sus muñecas eran posteriores a su muerte.

Entonces su madre empezó a pelear que no se le diera carpetazo como suicidio, hasta lograr que fuera reclasificado como feminicidio y se abriera la investigación. Sin embargo, lo único que logró con ello fueron amenazas de la familia de él, por lo que ella, su marido y sus dos hijos se fueron de Izcalli.

La otra fecha que a Magdalena no se le olvida es el 27 mayo de 2017. Sus dos hijos fueron a una fiesta por donde habían vivido y fueron levantados, torturados y asesinados también. Su madre está segura de que fue la venganza por no callarse, por insistir en que se investigue el caso de Fernanda. Pero actualmente no hay ni un solo detenido por ninguno de los tres crímenes.

LLAMAN A UNIDAD DE LAS VÍCTIMAS

Quien convocó a esta manifestación frente a la SCJN fue Lorena Gutiérrez, madre de Fátima Quintana Gutiérrez, una niña de 12 años que fue brutalmente violada y asesinada en una comunidad del municipio de Lerma, también en el Estado de México, el 5 de febrero de 2015.

En su caso, uno de los asesinos está sentenciado a 78 años de prisión, otro está a punto de salir porque era menor de edad cuando cometió el crimen, y un tercero fue puesto en libertad en 2017, pero con ayuda del Observatorio Nacional del Feminicidio, se logró que se repusiera el procedimiento, aunque no hay fecha para que sea la audiencia en la que se dicte sentencia.

Como los agresores eran vecinos y lanzaron amenazas de muerte, la familia de Fátima tuvo que salir desplazada de Lerma. Lorena enfatiza que a pesar de lo que ha avanzado el caso, no han tenido justicia completa, ni reparación del daño, ni medidas de protección, por lo que ellos llevan viviendo con miedo y como confinados cinco años, no los seis meses que la mayoría de la población ha pasado por la pandemia.

“Nosotros no recibimos absolutamente nada de nadie, no tenemos apoyo ni de la sociedad ni del Estado. Aquí estamos las verdaderas víctimas de feminicidios del país”, señaló.

“Nosotros venimos este día a hacer un llamado a todas las mamás víctimas de feminicidio de todo el país. El llamado es a la unidad, a la sororidad, a la empatía entre nosotras”.

Reclamó que con ellas no se ha reunido la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, que la semana pasada recibió a grupos de víctimas que salieron de las oficinas tomadas de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

Respecto a esa ocupación, Lorena dijo que es importante lo que están haciendo los grupos feministas y que las respeta, pero que no piensa unirse. Aunque esta misma mañana una joven que venía de la renombrada Casa de Refugio se le acercó para ofrecerle apoyo en lo que necesitara.

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