jueves, marzo 28, 2024

Se propaga más rápido y se preparan más restricciones.

El coronavirus se está propagando incluso más rápido que durante la primera fase de la pandemia, dijo el viernes un asesor del Gobierno francés, mientras las autoridades de todo Europa vuelven a tomar medidas cada vez más estrictas para tratar de contener la nueva ola de contagios en el continente.

Un paciente infectado con la enfermedad coronavirus (COVID-19) es transportado a un helicóptero para ser trasladado desde el Hospital Flevo a Alemania, donde los hospitales están ayudando a hacerse cargo de los pacientes holandeses con la enfermedad coronavirus ahora que el número de admisiones hospitalarias sigue aumentando, en Almere, Países Bajos.

Francia, que superará el millón de casos el viernes después de registrar un récord diario de más de 41.000 infecciones el día anterior, ha sido uno de los países más golpeados por la segunda fase de la pandemia y tuvo que imponer toques de queda en buena parte del país.

Los pacientes de COVID-19 ocupan casi la mitad de las 5.000 camas disponibles de Francia en unidades de cuidado intensivo y su bien evaluado sistema de salud está empezando a mostrar señales de tensión.

“El virus está circulando más rápidamente que durante la primavera boreal”, dijo el epidemiólogo Arnaud Fontanet, que integra el Consejo Científico del gobierno francés.

La enfermedad está diseminándose otra vez por toda Europa, donde los casos diarios reportados se han más que duplicado en apenas 10 días, cruzando la marca de 200.000 infecciones por primera vez el jueves, de acuerdo a un recuento de Reuters.

“Todos tenemos miedo”, dijo María, una jubilada de 73 años en Dolny Kubin, Eslovaquia, donde las autoridades han iniciado un programa piloto de pruebas rápidas que el Gobierno espera cubra a la población de 5,5 millones de habitantes. “Veo lo que está sucediendo y es aterrador”, sostuvo.

En todo el continente se están planificando nuevas restricciones porque los gobiernos están desesperados por evitar confinamientos generalizados como los de marzo y abril, que derivaron en la paralización de sus economías.

Bélgica, uno de los países más impactados y donde la ministra de Relaciones Exteriores, Sophie Wilmes, tuvo que recibir terapia intensiva esta semana, reforzó las restricciones de contactos sociales el viernes y prohibió juegos deportivos con público.

Polonia, que también ha presentado récords de contagios diarios, dijo que cerrará restaurantes y bares por dos semanas y que limitará las reuniones públicas a cinco personas.

En España, que superó el amargo umbral del millón de casos esta semana, las autoridades de las regiones de Castilla y León y Valencia han pedido al Gobierno que ordene toques de queda para contener la segunda ola epidémica.

Datos oficiales muestran que España ya tiene el mayor número de casos en Europa, pero el panorama real podría ser aún peor, de acuerdo al presidente del Gobierno Pedro Sánchez, quien dijo que un estudio nacional sobre anticuerpos sugirió que la verdadera cifra de contagios debía rebasar los 3 millones.

“Debemos intensificar la acción para conseguir doblegar de nuevo la curva (…) Estamos listos para adoptar todas y cada una de las medidas necesarias”, afirmó el jefe de gobierno socialista.

No está claro cuánto durará la resistencia de los gobiernos a imponer confinamientos. El gobernador de Campaña, la región del sur de Italia que alberga a Nápoles- que ha impuesto toques de queda y cerró escuelas- anunció planes de una cuarentena total, diciendo que las “acciones a medias” no estaban funcionando.

“Es necesario cerrar todo, excepto los negocios que producen y transportan bienes esenciales”, dijo Vincenzo De Luca.

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