viernes, abril 19, 2024

Al gobierno de Alfredo Del Mazo le interesan más las elecciones que reactivar la economía del Edomex.

A las autoridades del Estado de México les interesa más destinar recursos a las campañas políticas que apoyar a los sectores de la economía devastados por la crisis económica propiciada por la pandemia. Mientras el Instituto Electoral estatal autorizó financiamiento público por más de 951 millones 830 mil pesos a los partidos políticos que participarán en las elecciones de este año, el sector restaurantero de la entidad ya acumuló 35 mil millones de pesos de pérdidas en los últimos diez meses y no ha recibido ningún apoyo económico del gobierno.

En entrevista exclusiva con COMUNICADORESMX, el presidente de la Asociación de Bares y Restaurantes del Estado de México (ASBAR) Patricio González Suárez, expresó que “es lamentable que destinen dinero a otra cosa y no se canalicen recursos para reactivar la economía de un estado tan grande como el Estado de México”.  

Destacó que el sector de alimentos y bebidas de la entidad ha perdido más de 60 mil empleos debido a que diez mil establecimientos se vieron obligados a bajar cortinas definitivamente. Esto es consecuencia de no se permitirles laborar durante varios meses o que solo lo hicieran de manera parcial.

Mencionó que varios negocios familiares dos o tres generaciones, se fueron a la quiebra por esta situación, por lo que consideró que “no se vale” que se le dé mucho dinero a los partidos políticos y no se proteja el trabajo de mucha gente, ya que cada vez que cierra un restaurante, al menos 8 personas pierden su fuente de ingresos.

González Suárez también estimó que este segundo semáforo rojo en el que está nuevamente el Estado de México será más letal y preocupante para la economía, en este caso para el sector restaurantero. Explicó que la vez anterior, varios empresarios solicitaron créditos en los bancos y ahora tienen que enfrentar esos pagos y ya no va a haber a quien solicitar recursos, por lo que existe el riesgo de más cierres de establecimientos y de pérdidas de empleo.

A pesar de la complicada situación que enfrentan, el presidente de ASBAR señaló que no han pensado solicitar ayuda económico al gobierno de Alfredo Del Mazo, al tener la seguridad de que no los van a apoyar. Lo único que piden es que los dejen trabajar también los fines de semana aún con semáforo rojo, acatando los protocolos sanitarios y las restricciones correspondientes.

Al respecto dijo que si bien es positivo que a partir de este 1 de febrero se les permitiera dar servicio en espacios interiores con 30 por ciento de aforo y en los exteriores hasta 40 por ciento, lamentó que esta medida solo se aplique de lunes a viernes, y que los fines de semana únicamente les autoricen la venta de alimentos para llevar o el servicio a domicilio.

Señaló que esa disposición afecta especialmente a los más de 20 mil establecimientos de alimentos y bebidas que dependen de lugares turísticos del estado, como son los pueblos mágicos y los pueblos con encanto, situación que ya se le hizo saber a la secretaria de Cultura y Turismo para que tome cartas en el asunto, por lo que espera que en la próxima reunión que sostendrán con autoridades mexiquenses.

Patricio González explicó que su petición es que también los dejen trabajar los fines de semana en los negocios, aunque solo sea en espacios abiertos, y mencionó que ya varios empresarios del ramo invirtieron para acondicionar sus áreas al aire libre para poder dar servicio a sus clientes.

En este contexto, refirió que la mayor ola de contagios de covid-19 no se presentó cuando los restaurantes estuvieron funcionando durante el semáforo naranja, ya que cumplen estrictamente con todos los protocolos sanitarios, sino después, cuando estuvieron cerrados y la gente estuvo haciendo reuniones en sus casas sin cumplir con las medidas sanitarias.

El presidente de ASBAR también expresó su malestar porque a los restaurantes establecidos que cumplen con todas las exigencias de las autoridades no se les permite trabajar, mientras que los ambulantes continúan vendiendo comida en la calle, la mayoría sin cumplir ningún lineamiento de sanidad.

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