lunes, abril 22, 2024

Este 20 de marzo, a las 03:30 horas tiempo de México, el Sol cruzó el ecuador celeste dando inicio a la primavera, puntualizó Daniel Flores Gutiérrez, del Instituto de Astronomía (IA).

El equinoccio implica que el día y la noche duran lo mismo, y con ello comienza la temporada de días cálidos, explicó el editor del Anuario del Observatorio Astronómico Nacional.

En 2021, la Tierra seguirá su trayecto alrededor del Sol en la bóveda celeste y alcanzará su posición al extremo Norte en lo que se conoce como el solsticio de verano que ocurrirá a las 21:32 horas del 20 de junio; posteriormente, llegará de nuevo al ecuador celeste el 22 de septiembre, dando inicio al equinoccio de verano, a las 13:21 horas; finalmente, ya en el Sur de la Tierra alcanzará el extremo el 21 de diciembre a las 9:59 horas.

Además de marcar el paso del Sol por el ecuador terrestre, el equinoccio indica el comienzo de los días cálidos, sobre todo al Norte de la esfera terrestre, y se alejan los días de frío. Por eso había grandes celebraciones previendo la llegada de las nuevas temperaturas, comentó.

Flores Gutiérrez mencionó que no debe confundirse la llegada de la época de calor con que el planeta se encuentre más cerca o lejos en su órbita alrededor de la estrella. “Curiosamente, el punto más cercano al Sol es en enero, cuando aún estamos en invierno. La razón de la temperatura se debe a la inclinación del eje de rotación de la Tierra”.

El experto del IA citó que hoy se ha hecho costumbre visitar sitios como Teotihuacan o Chichén Itzá, donde se sabe se generan juegos de luces y sombras, y “al ir hacemos una remembranza del conocimiento antiguo que era tan significativo para la sociedad agrícola”.

CICLO AGRÍCOLA

Con él coincidió Héctor Daniel Hernández Flores, del Instituto de Investigaciones Antropológicas, quien recordó que los pueblos mesoamericanos relacionaban el equinoccio con el inicio del ciclo agrícola, y lo que hizo la Colonia fue reconceptualizar y resignificar los rituales tradicionales.

“Lo podemos ver en comunidades indígenas con la celebración de ciertas fiestas patronales, vinculadas a fechas específicas del calendario grecorromano, pero que corresponden al reconocimiento de las prácticas de cosmovisiones denominadas mesoamericanas. Un ejemplo es la festividad a San Isidro Labrador, el 15 de mayo, que marca el arranque del ciclo agrícola”, abundó.

Se hacen fiestas por el comienzo de la siembra y la solicitud de las lluvias, algo que cambió tras la colonización, y pasa lo mismo con el equinoccio de otoño que implica el fin del ciclo agrícola, y la celebración de San Miguel el 29 de septiembre.

Respecto a la visita que muchas personas realizan a Teotihuacan para observar en la cima del edificio el surgimiento del Sol, o en la pirámide de Kukulkán, en Chichén Itzá, para ver el descenso de la serpiente emplumada, ésta es más bien una práctica moderna surgida en los años 70 del siglo pasado. “Estas acciones surgieron desde hace 30 o 40 años, como parte de una moda new age, y realmente las poblaciones que acuden a estos sitios, inclusive las comunidades cercanas a esos lugares han adoptado este tipo de discurso que es parte de un mercado de consumo”, reflexionó Hernández Flores.

Los residentes de las zonas arqueológicas cuentan con la visita de los turistas para vender sus productos, pues representan importantes ingresos para ellos, comentó el investigador.

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