viernes, marzo 29, 2024

Hermenegildo Galeana nació el 13 de abril  de 1762 en Tecpan de Galeana, actualmente Guerrero.

Aunque sólo recibió la instrucción primaria en la hacienda propiedad de su familia, pronto simpatizó con la causa independentista, y se alistó en las filas emancipadoras. En 1811 se convirtió en el lugarteniente de José María Morelos por sus virtudes de liderazgo demostradas en las diversas acciones militares. Participó en la conquista de Oaxaca.

En 1875 se funda en la Ciudad de México la Academia Mexicana de la Lengua. En el transcurso de su existencia, a esta institución han pertenecido más de tres centenares de académicos: los más ilustres escritores, lingüistas y estudiosos del país; lo mismo filólogos y gramáticos que filósofos y ensayistas, poetas y novelistas, comunicólogos y jurisconsultos, dramaturgos e historiadores, humanistas y científicos.

Oaxaca vio nace al periodista liberal Enrique Flores Magón en 1877, quien junto con su hermano Ricardo, editó el periódico Regeneración y formó parte del Partido Liberal mexicano. 1877. Después de la muerte en prisión de su hermano Ricardo en 1922 regresó a México en 1923. En 1933, junto con líderes de la Liga Nacional Agraria, participó en la fundación de la Confederación Campesina Mexicana en San Luis Potosí que apoyó la candidatura de Lázaro Cárdenas.

Un 13 de abril de 1808 nace el verdadero inventor del teléfono, el italiano Antonio Meucci. Desarrolló un aparato de comunicación al que bautizó como teletrófono. Su descubrimiento se concibe a raíz de las descargas eléctricas que aplicaba a enfermos reumáticos para paliar el dolor. En 1874 no pudo pagar los diez dólares para renovar su patente y perdió los derechos legales de su invento. En 1876 Graham Bell patentó un aparato de transmisión de voz al que llamó teléfono. Durante más de un siglo se mantuvo el error de atribuir al Bell la invención del teléfono hasta que en el año 2002 se reconoció a Meucci como su verdadero autor.

En 1534, en Londres, Inglaterra, el humanista y cardenal inglés Tomás Moro, autor del libro Utopía, se niega a firmar el acta que reconoce a Enrique VIII como jefe de la iglesia y a consentir su divorcio de Catalina de Aragón. Por ello será acusado de alta traición, encarcelado en la Torre de Londres y decapitado un año más tarde.

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