jueves, abril 18, 2024

Mejoraría 40 por ciento con carriles reversibles adaptables en tiempo real, señalan científicos.

Diana Saavedra   

Cambiarían su sentido dependiendo de la cantidad de vehículos en ese momento y en diferentes direcciones.

Aquellos que antes de la pandemia padecieron el tránsito vehicular en horas pico saben que una corta espera podría tomar entre 30 minutos y una hora, por lo que científicos del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) crearon un modelo con el que es posible reducir hasta 40 por ciento los congestionamientos.

La clave, precisaron Dante Pérez Méndez y Carlos Gershenson García, integrante también del Centro de Ciencias de la Complejidad, sería la implementación de carriles reversibles que se adapten al tráfico de automóviles.

“Queríamos ver qué tanta diferencia habría en tener los reversibles con horarios fijos, como hay ahora, con carriles reversibles adaptativos, que básicamente cambiarían su sentido dependiendo de la demanda en ese momento y en diferentes direcciones”, explicó Gershenson García.

PROBLEMA SIN FIN

Desde hace tiempo, en Ciudad de México hay diferentes horarios y vías que modifican su sentido: el Viaducto Elevado Bicentenario cambia a la altura de Lomas Verdes; igual ocurre en Eje 5 Sur Avenida Eugenia; Eje 6 Sur Avenida Ángel Urraza; Viaducto Tlalpan los fines de semana; Avenida Luis Cabrera, Río San Joaquín y Avenida Fray Servando.

“Algo de lo que vemos a la hora de invertir el sentido de los carriles es que se hace un caos porque coinciden los vehículos que llegan en una dirección y los que aún van en la otra; cuando se hace la modificación deben desviarlos a todos y eso es contraproducente”, comentó Gershenson García.

Los patrones de tránsito en las ciudades son muy variables e impredecibles por la naturaleza compleja de este fenómeno.

Pérez Méndez agregó que los patrones de tránsito en las ciudades son muy variables e impredecibles por la naturaleza compleja de este fenómeno, en especial en las horas pico, e intervienen demasiados factores para marcar exactamente el flujo, por lo que contar con un sistema que se adapte en tiempo real sería más eficiente.

“Si tuviéramos sensores que midieran cuántos vehículos hay en una dirección y cuántos hay en otra, podríamos tener una vía reversible o varias que funcionaran según esta demanda, en lugar de un horario fijo”, planteó Pérez Méndez.

Para el trabajo, los expertos usaron modelos conocidos como autómatas celulares, que les permitieron revisar el flujo suponiendo que los carriles reversibles sean también adaptables, es decir, que pueden cambiar su dirección utilizando información en tiempo real para responder a las fluctuaciones de la demanda de circulación.

Gershenson García puntualizó que los procedimientos matemáticos han revelado que las exigencias del flujo vehicular varían día a día; “tenemos una configuración que se adapta y sería hasta 40 por ciento más eficiente en comparación con una de horarios fijos, porque éstos pueden generar cuellos de botella de manera innecesaria”.

Pérez Méndez añadió que este tipo de iniciativas son altamente novedosas, pues incluso en Estados Unidos se han hecho programas piloto en California, mientras que en China hay artículos que describen cómo deben hacerse este tipo de maniobras.

Los resultados del modelo desarrollado por los investigadores del IIMAS en colaboración con María Elena Lárraga y José Luis Mateos, del Instituto de Física, fueron publicados en la revista Plos One y esperan tener pronto un acercamiento con las autoridades capitalinas para revisar las posibilidades de efectuar un simulacro de esta propuesta de flujo reversible adaptativo.

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