viernes, abril 19, 2024

El actual Canciller de México Marcelo Ebrard podrá escudarse en sus dichos y frases tan oportunas, pero la realidad objetiva es que “tanto peca el que mata la vaca, como el que le agarra la pata”.

Por Lic. Alejandro Martínez

En noviembre de 2014 daba inició una de las obras que marcó uno de los sexenios más corruptos en la historia moderna de México, el Paso Express de Cuernavaca estaría plagado de irregularidades desde su inicio, a lo largo de la constitución los accidentes estuvieron a la orden del día contando un total de 80, al concluir dicha obra se cobró la vida de 21 personas. 

Pero en 2017, ya inaugurada la obra, dos muertes serían las que le darían a Enrique Peña Nieto un verdadero dolor de cabeza, pues tras abrirse un socavón donde después de atrapados en su automóvil dos hombres (padre e hijo) perdieron la vida,  los casos de corrupción entre las empresas constructoras y el gobierno comenzaron a surgir y demostrar que la corrupción mata. 

Hoy a 4 años de estos acontecimientos tan lamentables y repugnantes de homicidio y corrupción, la Ciudad de México (CDMX) vive una de las tragedias más lamentables a causa de estos actos de corrupción y negligencia por parte de las autoridades, lo ocurrido este martes 4 de mayo a las 10 y 22 minutos de la noche en la línea 12 del metro de la ciudad abre las heridas de una sociedad cansada y lacerada por los malos gobiernos.

La diferencia radica en que, ahora no es ese gobierno corrupto del PRI quien construyó la obra “dorada” que tanto se presumió, fue solicitada y terminada en el gobierno de uno de los miembros más importantes y valiosos de la cuarta transformación, el actual Canciller de México Marcelo Ebrard podrá escudarse en sus dichos y frases tan oportunas, pero la realidad objetiva es que “tanto peca el que mata la vaca, como el que le agarra la pata”.

Con dicha frase quiero dar a entender lo siguiente: que tanto es culpable el gobierno entrante que recibió la obra sin dar una revisión exhaustiva de la misma (en este caso el gobierno de Miguel Ángel Mancera actual senador de la República por el Partido de la Revolución Democrática) como lo fue el gobierno saliente de Ebrard por concluir una obra tan solo por cumplir sin siquiera revisar si está cumplía con los lineamientos y calidad esperada. 

Los 25 muertos son producto de la negligencia y corrupción de gobiernos y gobernantes que prefieren (por qué les es más redituable) invertir el dinero en programas clientelares que en infraestructura segura y de calidad, estos muertos deben cargarse a la cuenta del Canciller, para que el día que este desee postularse como candidato a la presidencia de México le pasemos la cuenta en las urnas. 

Y seguro estoy que casos como este existen muchos más y aún más viles, por mencionar  algunos como la guardería ABC en el sexenio de Felipe Calderón, donde la corrupción y la impunidad nos quitan a seres queridos y nos hacen pensar que la culpa no es del indio sino de quién lo hace compadre, es decir la culpa no es sellos sino de los que votamos por incompetentes y corruptos. 

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