jueves, marzo 28, 2024

Antes de comprar, investigue cuál es el producto que realmente satisface la necesidad que quiere cubrir, compare entre los proveedores, dónde se encuentra a menor precio, qué garantía ofrece y por supuesto, guarde sus recibos y facturas para cualquier aclaración posterior.

Por Claudio Jaime

Sus aparatos electrónicos, eléctricos e inclusive su ropa, cualquier cosa que usted compre en algún momento dejara de servir, de ser funcional, de estar de moda o de gustarle, este concepto se conoce como Obsolescencia Tecnológica.

Desde hace poco más de un año, la humanidad hemos experimentado un cambio drástico en nuestra vida diaria al tener que limitar nuestra movilidad, así como adoptar una larga lista de medidas sanitarias, todo ello para proteger nuestra vida y salud.

Este confinamiento nos ha llevado a depender acentuadamente, en la tecnología para realizar actividades a distancia, tales como trabajar, estudiar, entretenerse o como único medio para comunicarse con sus círculos tanto sociales como laborales.

Una forzada y acelerada transición de lo presencial a lo virtual, todo ello a través de medios tecnológicos sobre sus respectivas plataformas. Su nueva rutina sustentada en tecnología que no toma descanso para actualizarse y modernizarse para poder ofrecer a los usuarios los aparatos que se adapten mejor a sus necesidades y presupuestos.

La también forzada adquisición de diversos dispositivos para poder interactuar durante la pandemia no ocurrió solamente al principio de esta, sino durante ella y el tiempo en que tome volver a las actividades presenciales.

Sin embargo, no es previsible que volver a los centros de estudio y trabajo a los que les fue posible la realización de trabajo a distancia, lo descarten como una medida de administración de recursos humanos para hacer de los espacios de trabajo, lugares con ocupación indispensable, maximizando su uso por turnos.

Por lo que este escenario lo invitaría a cobrar mayor conciencia sobre la tecnología que usted usa y su duración. Sobre la obsolescencia tecnológica.

 

El término en sí suena técnico y sofisticado, poco familiar e inclusive no interesante, pero debería tomarlo muy en serio, este fenómeno tecnológico sucede a su alrededor todos los días, en la calle, en su centro de trabajo y en su propio hogar.  

La fórmula Más efectiva de proteger su bolsillo es, tomar en cuenta el tiempo de vida útil de los productos que usted compra, prevenir que en algún momento dejaran de funcionar, crear los respaldos necesarios de información para no perderla y por supuesto, contar con el dinero necesario para sustituirlo una vez que deje de funcionar, sin sorpresas, sabrá entonces que dejara de servir y contara con que sustituirlo o bien si así le conviene, desecharlo.

La obsolescencia tecnológica se refiere a la necesidad de cambio de un artefacto tecnológico por el simple hecho de aparecer una nueva versión de este, inclusive sin que el producto anterior haya llegado al final de su vida útil. Este fenómeno es usual en los aparatos electrónicos más vendidos, tales como los teléfonos celulares, tabletas, computadoras personales, televisores entre otros.

Usualmente la necesidad de actualizar es más una moda que una necesidad, que, de no ser adecuadamente utilizada para generar a su favor, más dinero, la práctica de “actualizar tecnología” puede afectar su economía.

La obsolescencia puede deberse a diferentes causas, aunque todas ellas con un trasfondo netamente económico: La imposibilidad de encontrar repuestos adecuados, como en el caso de computadoras, impresoras, cámaras fotográficas o automóviles. En este caso, la ausencia de repuestos se debe al encarecimiento de la producción al tratarse de series cortas o “Ediciones Limitadas”.

Por salud de su economía, evite la compra de cualquier aparato, vehículo o producto con la designación…Edición Limitada.

La obsolescencia es, también, consecuencia directa de las actividades de investigación y desarrollo que permiten en tiempo relativamente corto fabricar y construir equipos mejorados con capacidades superiores a las anteriores. El mejor ejemplo en este caso son los equipos informáticos y/o los que se relacionan al entretenimiento como las televisiones y los reproductores de audio y video.

Sin embargo, este desfase tecnológico no solo puede ser causa de lo anterior, también puede ser producto de estrategias comerciales de los fabricantes, distinguiéndolas de la siguiente forma:

Obsolescencia planificada: al concluir el diseño y aprobación de un producto, se estudia cual es el tiempo óptimo para que deje de funcionar correctamente y necesite reparaciones o su sustitución sin que el consumidor pierda confianza en la marca, aumentando así la probabilidad que el consumidor repita la compra e incremente las ganancias de la empresa fabricante.

Obsolescencia percibida: cuando un producto es creado con un cierto aspecto, para posteriormente lanzarlo al mercado nuevamente solo que esta vez con un aspecto diferente. Esto se puede percibir en los vehículos y en la ropa, esto tiene por objeto motivar al comprador a repetir la compra para sentirse “actualizado”.

Obsolescencia de especulación: esta llega a usted cuando encuentra un producto novedoso a su alcance con el propósito de crear una necesidad en los consumidores para posteriormente encontrarlo a la venta “mejorado” claro que no al mismo precio, creándole al fabricante una imagen de “empresa dinámica e innovadora”.

En cuanto a lo que tecnología informática se refiere, la obsolescencia tecnológica se divide en dos grandes campos:

Obsolescencia de software y formato de archivos, la aparición de nuevo software que remplazan versiones anteriores puede ocasionar problemas para leer archivos más antiguos con el riesgo de hacer imposible su acceso debido a que la tecnología que lo genero ya no está disponible.

Obsolescencia de hardware y soporte físico, las estimaciones más conservadoras respecto al tiempo de vida útil de los aparatos electrónicos son de entre dos y cinco años, dependiendo también las condiciones de uso, ya que las llamadas “condiciones óptimas”, excluyen a estos aparatos de exposiciones prolongadas al medio ambiente, humedad, impactos y por supuesto, al agua.

Después de este tiempo, las características de: capacidad de memoria, espacio de disco, procesador y su misma apariencia cambien, cada uno de estos cambios afecta la accesibilidad de la información, ya que los dispositivos para acceder a ella son mejorados por otros. 

En su vida cotidiana los aparatos electrónicos con los que más comúnmente tiene contacto son: Televisores, su tiempo de vida útil se estima entre las 30.000 a 100.000 horas, el número varía según se trate de un plasma (100.000 horas) o un LED (30.000 a 60.000 horas) y depende en buena medida de la calidad de los componentes y las condiciones de uso.

Las computadoras portátiles o “Laptops”: Su ciclo de vida hoy en día supera los 2 años que una vez caracterizó el de las computadoras de escritorio o “PCs” porque ahora su tecnología se actualiza cada vez menos: los esfuerzos se concentran ahora en aparatos como las tabletas. Los expertos coinciden en que las laptops gozan de una expectativa de vida de 3 a 5 años.

Las Consolas de videojuegos: Dependen enteramente de las actualizaciones del fabricante. Cuando una consola nueva sale, los juegos nuevos tienden a ser incompatibles con el modelo viejo. Los ciclos más recientes han sido de entre 6 y 8 años entre modelos.

Los Teléfonos inteligentes: su tiempo de vida útil se encuentra muy ligado a los contratos con las compañías telefónicas e influenciadas por la presión de la moda, en México duran entre 18 y 24 meses en promedio.

El futuro de la tecnología actual es incierto ya que los avances tecnológicos puestos a su alcance y a la velocidad con que suceden actualmente no garantizan su sobrevivencia ante las necesidades futuras.

Antes de comprar, investigue cual es el producto que realmente satisface la necesidad que quiere cubrir, compare entre los proveedores donde se encuentra a menor precio, que garantía ofrece y por supuesto, guarde sus recibos y facturas para cualquier aclaración posterior.

Y no lo olvide, no gaste más de lo que gana.

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