viernes, marzo 29, 2024

Policías de Ixtlahuaca no atienden llamado de auxilio después de las 5 de la tarde.

Por Gabriela Landetta

Las muertes por Covid-19 aumentaron en el municipio de Ixtlahuaca, donde oficialmente se reportan 169 defunciones hasta el 13 de agosto. Sin embargo, no es a la enfermedad a la que le temen los habitantes de este municipio mexiquense, sino al incremento de la inseguridad. De acuerdo con vecinos del lugar,  ésta aumentó aproximadamente 60 por ciento en los últimos tres años.

Por temor no dan sus nombres, pero señalan que, al menos, han ocurrido 25 feminicidios en lo que va del año, mientras que los secuestros están a la orden del día. “Los secuestros están por las nubes.  A la vuelta de la esquina te encuentras un secuestro, un robo de vehículo.  En Ixtlahuaca no hay seguridad”, señalan.

Un grupo delictivo del que dicen desconocer el nombre, pero que aparentemente se trata del Cártel del Jalisco Nueva Generación –aunque no se tienen pruebas para afirmar que así sea- se ha adueñado de la plaza. Todos los negocios que resulten prósperos, cualquiera que sea su giro,  son obligados a pagar una cuota al crimen organizado, presuntamente de entre 30 mil y 40 mil pesos mensuales.

A los que no creen  y no pagan, les hacen daño,  ya sea en su patrimonio o con sus familiares para obligarlos a cumplir con la cuota, mientras que el presidente municipal Juan Luis Solalinde Trejo se hace ojo de hormiga. El rumor que corre en la cabecera municipal es  que hace tiempo secuestraron a uno de sus hijos. El acuerdo entonces fue el de no estorbar.

Así, la orden para los policías municipales es que a partir de las 5 de la tarde, cualquier llamado de auxilio que sea para esta corporación, no se atiende. Los elementos  deben estar frente a la  casa  del alcalde o frente al ayuntamiento, patrullando nada más.

“Está muy pesada  toda la zona norte, los elementos de la Fiscalía General de Justicia a diario andan trabajando en el tema; la Fiscalía no ha descansado, porque por parte de la Policía Municipal está olvidada la seguridad. Allí los que están manejando la zona es policía estatal  y policía de investigación”, cuenta una fuente fidedigna que por seguridad prefiere mantenerse en el anonimato,  y no es para menos.

Narró a COMUNICADORESMX que apenas hace unos días, una tienda de abarrote, ubicada en el Boulevar hacia Jiquipilco, atrás del Centro Universitario de Ixtlahuaca, sufrió un cuarto atentado en lo que va del año.

 Primero fue balaceada para obligar al propietario a pagar cuota al crimen organizado, como el señor se negó, le quemaron su camión de carga. Después quemaron el  local y la semana pasada un grupo de hombres armados llegó al lugar, pero fueron recibidos a balazos por elementos de seguridad privada que había contratado el dueño del negocio.

Los elementos de seguridad resultaron heridos, pero también uno de los delincuentes. Al darse cuenta de su estado, sus “compañeros” lo arrojaron de la camioneta en la que huían, a plena luz del día.  Todo eso fue observado por  una patrulla municipal que lejos de intervenir,  optó por abandonar el lugar.

Mientras  eso ocurría,  en Santa María del Llano se  realizaba el secuestro de una niña y de su mamá, señala la fuente.

Y si, las muertes por covid aumentaron en el municipio, especialmente en gente joven, niñas  y ancianas, señala uno de los sepultureros de la localidad. De los diez difuntos que entierran en promedio a la semana, 6 son de covid y 4 de muerte natural, tan solo en la cabecera municipal. En las comunidades, donde la gente cree que solo con yerbitas se va a curar, siete de cada diez mueren por la pandemia.

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