jueves, marzo 28, 2024

El matrimonio y las uniones tempranas impactan profundamente en la vida de niñas y adolescentes llevándolas a la desconexión de redes de apoyo, deserción escolar, embarazo temprano, aislamiento social, violencia de género, pérdida de oportunidades laborales, impactos en salud física y salud mental.

De acuerdo con cifras de UNICEF, 1 de 4 niñas en América Latina y el Caribe se casa o entra en unión temprana antes de los 18 años, fenómeno complejo relacionado con desigualdades de género, pobreza, abandono escolar, violencia y embarazo adolescente. El matrimonio infantil pone en riesgo la vida y la salud de las niñas, además de limitar sus perspectivas futuras. 

Sobre el impacto en la vida de las adolescentes y jóvenes en torno a las uniones tempranas, durante el webinar organizado por la Iniciativa Tejiendo Redes Infancia para América Latina y el Caribe,  Shelly Abdool, Asesora Regional en Género y Desarrollo de UNICEF-LAC refirió que de manera alarmante la situación no se ha revertido desde hace 25 años en la región con impactos profundos, particulares y complejos, como la desconexión de redes de apoyo, deserción escolar, embarazo temprano, aislamiento social, violencia de género, pérdida de oportunidades laborales e impactos en salud física y salud mental.

Mientras que Juan Martín Pérez García, Coordinador Regional de #TejiendoRedesInfancia apuntó que los focos rojos respecto a las uniones o matrimonios tempranos en la región se han agudizado durante el confinamiento, algunos de ellos derivados de la violencia sexual, y desafiando a los estados a garantizar una pronta respuesta.  “El fenómeno cruza con factores culturales como el machismo y el patriarcado en donde las niñas se ubican como objeto de protección, pero también de deseo”, completó.

Valeria Vásquez de la asociación civil ELIGE, Red de Jóvenes por los derechos sexuales y reproductivos A.C. en México refirió que es necesario abordar las causas profundas de las uniones tempranas, así como las oportunidades que se les brindan a niñas y adolescentes en materia de acceso a la educación o empleo digno. “No podemos negar que hay adolescentes en situación de pobreza, violencia o desigualdad que eligen uniones, matrimonios y embarazos tempranos como una única salida de esperanza y desarrollo”, refirió.

Esmirna, joven activista de República Dominicana, calificó como alarmante, la situación y apuntó que en su país hay niñas que dejan de asistir a clases luego de una unión temprana o embarazo temprano, muchas veces por falta de apoyos, otra por propia voluntad o en algunos casos por la situación de discriminación o acoso por parte de otras compañeras o compañeros de clase, o incluso por parte del equipo docente.

También desde República Dominicana, Paula Disla del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (CONANI) refirió que las uniones tempranas y los embarazos adolescentes van de la mano, y deben de ser abordados conjuntamente evaluando las consecuencias de la relación y vinculación entre embarazo y unión temprana, a través de articulación que incluya a todos los generadores de políticas públicas en relación a las infancias, como ministerios de educación, salud, trabajo, justicia y todos aquellos que involucren el desarrollo integral. “Cada institución debe asumir su rol, mediante la articulación de los sistemas, incluyendo las opiniones de niñas y adolescentes”, complementó.

Para Shelly Abdoo, es importante trabajar en la prevención y acompañamiento a niñas y adolescentes que ya están en situación de unión temprana. “Lo que hemos aprendido es que las niñas tienen que estar al centro de las soluciones, entendiendo sus vidas y sus realidades, a nivel individual, familiar y de la respuesta política de todos los niveles. No hay ningún actor que de manera individual pueda revertir la situación, es necesario el trabajo intersectorial e interinstitucional”, refirió.

Algunas de las consecuencias a largo plazo generadas por los embarazos tempranos, es que con regularidad las y los hijos de una adolescente tienen pocas oportunidades de llegar o o concluir estudios universitarios, aumentando los niveles de pobreza y las relaciones en condiciones de desigualdad. Afortunadamente hay gobiernos que no permiten legalmente las uniones tempranas, pero eso no las inhibe; por lo tanto, Juan Martín Pérez señaló como urgente el acompañamiento integral,  sin criminalización hacia las adolescentes o mujeres jóvenes.

Valeria Vásquez apuntó que para darles a las niñas y adolescentes la oportunidad de desarrollar habilidades y capacidades que les permitan tomar decisiones en la construcción de su proyecto de vida en el marco del bienestar, es necesario eliminar los imaginarios que sustentan el amor romántico, que conlleva a que en ocasiones las adolescentes y las niñas sí deseen estar en matrimonio, además del importante reconocimiento del ejercicio de los derechos sexuales reproductivos, como pilar del impulso de los derechos humanos, sin criminalizar el ejercicio de la sexualidad.

Finalmente, Juan Martín Pérez apuntó que estamos inmersos en una batalla frente a la cultura patriarcal y machista, que tiene también que ver los marcos de políticas públicas, y en la visión antropológica de los tomadores de decisiones que, por aspectos culturales, que aun permean en Latinoamérica, se normalizan tabúes y criminalización hacia las mujeres jóvenes que viven en unión, matrimonio o embarazo temprano.