jueves, abril 25, 2024

Con la llegada de la pandemia, la industria de la masa y la tortilla registra uno de sus peores momentos.

La tortilla no sólo forma parte de la dieta diaria del mexicano, sino que da identidad y es una parte fundamental de la economía nacional; en pandemia todos los sectores se vieron afectados, pero la industria de la masa y la tortilla ha tenido que mantenerse aún con números rojos porque precisamente forma parte de la ingesta diaria de la población.

En este sentido, Rubén Montalvo Morales, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Producción de Masa y Tortilla (CNIPMT), informó que este sector venía presentado severos problemas desde antes de la pandemia por el incremento en los insumos y esto ha traído severas consecuencias en aquellos negocios que apenas iniciaban.

“La industria traía atraso fuerte y con el advenimiento de la pandemia nos amoló mas y la verdad vivimos una época decisiva o renacemos o desaparecemos y seria una lástima que la industria de la masa y la tortilla desapareciera porque la tortilla no va a desaparecer pero sería sustituida por simulaciones del producto como los que hay en tiendas de autoservicio”.

Manifestó su desacuerdo con algunos tratamientos que se le da a la tortilla porque en muchas ocasiones no informan al consumidor el tipo de producto con el que son elaboradas. “Vemos tortillas que son imitaciones, con colorantes que no son buenos para la salud”.

Es por ello, dijo, que es importante conocer el lugar en el que se compra el producto y evitar comprar en tiendas de autoservicio “porque dan imitación, que vaya a una tortillera que sea de su conocimiento en donde se vea cuando y cómo se prepara”.

Montalvo Morales resaltó que la cámara ha dado una batalla muy fuerte para tratar de dignificar el producto para que regrese la tortilla alcalina, la nutritiva que fue la base de la alimentación del mexicano.

Dijo que ante la llegada de la pandemia ha cerrado más del 10 por ciento en el estado de México que significa entre 600 a 700 tortillerías.

Finalmente, confirmó que el precio se ha mantenido entre 15 y 17 pesos el kilogramo, “pero no porque sea necesario, sino que es para mantener la industria aunque estemos en desventaja, pues el promedio de insumos se incrementó en 27 por ciento y se han generado más pérdidas pues se deja de lado el deterioro de las máquinas que requieren mantenimiento y eso significa un gasto, además de la competencia desleal”.

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