jueves, marzo 28, 2024
Necesario combatir efectos de isla de calor

Se estima que hacia el 2050, las principales ciudades aumentarían su temperatura en cuatro o cinco grados más.

Por Diana Saavedra   

En el último siglo, Ciudad de México ha experimentado un aumento de la temperatura de cuatro grados, tres de ellos se deben a un fenómeno llamado isla de calor y uno más por el cambio climático, detalló el coordinador del Programa de Investigación en Cambio Climático (Pincc), Francisco Estrada Porrúa.

“En 2015 no considerábamos la isla de calor, sólo el cambio climático. Si vemos por calentamiento global una ciudad estaría en el peor de los casos en un calentamiento de uno o 1.5 grados, pero al añadir la isla de calor, hay ciudades que ya han pasado los dos o tres grados, se dice que en Ciudad de México la intensidad de la isla de calor es de tres grados centígrados y por calentamiento global ha aumentado además un grado. Es decir, en el último siglo, tenemos un calentamiento de alrededor de cuatro grados”, precisó el investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático.

Al participar en el Seminario Sinergias entre cambio climático global y local, organizado por el Pincc, el economista detalló que la isla de calor es un fenómeno que experimentan las zonas urbanas donde se aprecian altas temperaturas debido a la actividad humana, causadas principalmente por los edificios, aceras o asfaltos que absorben más calor y lo liberan muy lentamente.

De esta forma, hay varios factores que determinan el clima urbano: el cambio climático global, que altera las condiciones planetarias y tiene una expresión regional y local; los factores geográficos (latitud y longitud); procesos dinámicos como El Niño o la Niña; contaminantes atmosféricos con aerosoles y carbono negro, y la isla de calor urbana, precisó.

“En grandes ciudades, el efecto de la isla de calor, por el proceso de urbanización, puede ser de la misma magnitud que el esperado del calentamiento global por cambio climático en el planeta. En un escenario de altas emisiones, vemos que el orbe se puede calentar entre dos o 4.5 grados, y eso es similar a lo que se han calentado las grandes ciudades por la isla de calor, de ahí la importancia de ver estos efectos en conjunto”, comentó.

El doctor en Economía Ambiental por la Universidad Libre de Ámsterdam agregó que 2021 fue el sexto año más caliente, y eso seguirá así porque las ciudades tienen en la isla de calor una fuente adicional de calentamiento.

A medida que los cálculos avanzan hacia el futuro, señaló Estrada Porrúa, se revela que las principales urbes aumentarían su temperatura en cuatro o cinco grados más hacia el 2050 y para finales de siglo, algunas de las más pobladas podrían enfrentar cambios dramáticos, de ocho grados centígrados e incluso más.

Económicamente hablando, la isla de calor y la interacción con el cambio climático global y local representan un reto importante, pues si se bajan las emisiones contaminantes con los acuerdos internacionales se reducen mucho los impactos económicos, aun así, las naciones tendrían que pasar de invertir unos 32 trillones de dólares por la mitigación de los problemas derivados; pero si se considera la isla de calor, los costos son enormes, ya que pueden subir hasta 82 trillones de dólares, e inclusive para el escenario de estabilización más ambicioso los costos siguen siendo de hasta 41 trillones de dólares.

“Esto nos da un mensaje muy claro, hay que actuar a nivel global, tenemos que bajar las emisiones de gases de efecto invernadero, si es que no queremos sufrir estos impactos, pero también hay una cosa relevante, se debe actuar a nivel local, porque si no, de cualquier manera tendremos impactos muy grandes… Hay tal concentración de población y riqueza en las grandes ciudades que lo que pase ahí nos va a pegar en todo el planeta”, explicó.

Entre las opciones para evitar estas pérdidas, detalló, si las naciones decidieran cambiar el 50 por ciento de sus techos a verdes o frescos, o todo el pavimento a fresco para bajar la isla de calor, se calcula que por cada dólar invertido, se recuperarían 15 dólares en pérdidas evitadas.

En Ciudad de México la intensidad de la isla de calor muestra que las delegaciones con un índice de desarrollo menor e ingreso per cápita menor son las que tienen la isla de calor mayor, con lugares que están más allá de los cuatro grados Celsius, y cuando se cruza esta información con el Atlas de Riesgos se ve que el patrón coincide con los riesgos de temperaturas máximas, refirió.

Actualmente, finalizó, el ICAT y el Pincc desarrollan un proyecto para proponer herramientas y estrategias para la toma de decisiones en cambio climático, calidad del aire y desarrollo sostenible de la megalópolis del Valle de México, el cual considera aspectos socioeconómicos, emisiones y calidad del aire, cambio de uso de suelo, estrategias de adaptación y política, sistemas rurales y urbanos, y los escenarios de cambio climático global y local.

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