jueves, marzo 28, 2024

Por una sociedad libre de uso indebido de drogas.

La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decidió celebrar el Día Internacional de la Lucha Contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, como forma de expresar su determinación de consolidar la acción y la cooperación en todos los planos, a fin de alcanzar el objetivo de una sociedad internacional libre del uso indebido de drogas. La Asamblea tomó esa medida el 26 de junio de 1987. Cada año, los países miembros de la Organización concentran su atención en el fenómeno de las drogas, a fin de coordinar estrategias de prevención y control. La conmemoración de este día es una oportunidad unir para unir los esfuerzos de los gobiernos con los de las organizaciones no gubernamentales y el sector privado, en favor del mayor conocimiento sobre el tema de la fiscalización de drogas.

También el 26 de junio se conmemora el Día Internacional de las Naciones Unidas en Apoyo a las Víctimas de la Tortura. El 12 de diciembre de 1997 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó oficialmente este día con la esperanza de generar la solidaridad hacía las víctimas y sus familiares, así como el tratamiento y la rehabilitación de las mismas.

Con la tortura se trata de destruir la personalidad de la víctima despreciando la dignidad intrínseca de todo ser humano. Las Naciones Unidas han condenado desde sus comienzos la práctica de la tortura por ser uno de los actos más aborrecibles que los seres humanos cometen contra sus semejantes.

La tortura se considera un crimen en el derecho internacional. En todos los instrumentos internacionales la tortura está absolutamente prohibida y no puede justificarse en ninguna circunstancia. Esta prohibición forma parte del derecho internacional consuetudinario, lo que significa que es vinculante para todos los miembros de la comunidad internacional, aun si un Estado no ha ratificado los tratados internacionales en los que se prohíbe explícitamente la tortura. La práctica sistemática y generalizada de la tortura constituye un crimen contra la humanidad.

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