viernes, abril 19, 2024

Colectivos mantienen plantón afuera de Palacio Nacional para exigir atención a casos de feminicidio.

 Ni una pandemia como el Covid-19 ha detenido los sucesivos feminicidios en todo el país; Guillermina Rubín Ramírez fue localizada sin vida en Puebla, tras ser reportada como desaparecida desde el pasado 8 de julio. Tenía 31 años; fue decapitada. El gobernador Miguel Barbosa calificó de “horrendo” este crimen.

Elideth Cabrera Ríos de 30 años, murió por asfixia el 24 de junio; dejó a un niño de 10 años; su pareja sentimental reportó el asesinato a sus padres y huyó del domicilio que compartía como Elideth en el municipio de Nezahualcóyotl, estado de México.

La “beba de Aragón”, como la bautizó la activista Frida Guerrera, sigue a la espera de ser reconocida desde el 28 de junio, cuando su frágil cuerpo fue localizado dentro de una maleta negra, debajo de un puente en Nezahualcóyotl; fue abusada sexualmente. Aún se busca a su familiares; tiene entre 6 y 24 meses; ofrecen recompensa.

Es una larga lista; todas tienen nombre y apellido, no sólo son cifras, tenían vida y alguien se las arrebató; muchos de los responsables andan prófugos, las alertas de género se muestras inservibles y los funcionarios insensibles, como Alfonso Durazo secretario de Seguridad en el gobierno federal, quien al ser cuestionado en la “mañanera” sobre el plantón que permanece afuera de Palacio Nacional, sólo atinó a reconocer un aumento del 7.7 por ciento, en el último semestre, al pasar de 74 a 99 casos de feminicidios en el país.

En la conferencia matutina del 6 de julio, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que “nunca se había protegido tanto a las mujeres como en esta administración”, afirmación que no es compartida por algunos colectivos como el de “Nuestras Hijas de Regreso a Casa”, razón por la cual mantienen un plantón en el zócalo capitalino desde el pasado 6 de julio.

Malú García Andrade, integrante de “Nuestras Hijas de Regreso a Casa”, mantiene, junto con otros familiares y amigos de desaparecidas y asesinadas el plantón desde hace 15 días para exigir no sólo justicia, sino un compromiso firme del gobierno federal de atender todos y cada uno de los casos de feminicidio.

“Hemos entregado documentos, peticiones, hemos hecho plantones, huelgas de hambre y lo seguiremos haciendo hasta lograr que se nos visibilice, que se homologuen las leyes en todo el país en el delito de feminicidio, que se eviten más recortes presupuestales, se retomen las facultades de la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) y se conforme una base de datos de huérfanos por feminicidio”.

Su plantón fue motivo de notas en los interiores de diferentes periódicos, pero fueron noticia de primera plana cuando decidieron subir el tono de sus manifestaciones al romper vidrios del edificio de Palacio Nacional y realizar algunas pintas en sus paredes. No obstante, no ha sido suficiente y se mantendrán en el zócalo hasta recibir una respuesta satisfactoria.

Al campamento instalado afuera del Palacio Nacional siguen llegando más familiares de desaparecidas y asesinadas de estados como Hidalgo, estado de México y Querétaro

Malú García Andrade, en entrevista con Luis Pantoja en De Análisis, dijo que han platicado ya con la encargada de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), Balbina Hernández, con representantes de la Secretaría de Gobernación, para avanzar en las demandas, pero no hay nada escrito y no se retirarán hasta que se avance en sus demandas.

SEXENIOS VAN, FEMINICIDIOS SE QUEDAN

Para Malú García Andrade todos los gobierno han sido misóginos, machistas y cómplices por negligencia u omisión. “En el caso de Vicente Fox, en 2001, se tuvieron algunas reuniones, se logró tipificar el delito de feminicidio, se abrieron fiscalías dedicadas a atender este tipo de crimen y nació la Conavim”.

En la administración de Felipe Calderón hubo un retroceso, “no se tocó el tema de feminicidios; su gobierno se centró en la guerra contra el narco e incluso los movimiento sociales estaban como desaparecidos, dice.

Durante el pasado sexenio con Enrique peña Nieto hubo represión a defensoras de derechos humanos, le quitaron facultades a Fevimtra; los casos de trata, feminicidios y desapariciones forzadas fueron clasificados como del fueron común, “fue un presidente que nunca quiso tomar el caso de feminicidios y lo único que se logró fue el programa de recompensas”.

Con la actual administración, “seguimos viviendo en una simulación, hemos buscado al presidente desde que era candidato, le hemos entregado documentos con propuestas de modificaciones a las leyes pero todo lo ha centrado en su programa de austeridad y hay recortes en todo como en el caso de Inmujeres; ha sido muy difícil que se decrete una alerta de género a nivel nacional, no hay interés”.

EL ATENTADO

García Andrade fue víctima de un atentado en Toluca, estado de México en 2017, cuando, después de dar acompañamiento a una sobreviviente de feminicidio, la camioneta en la que viajaban recibió varios impactos de bala.

La víctima a la que acompañaban había sido atacada por un sujeto que la subió a su auto del cual pudo huir y el responsable es detenido, pero liberado por una jueza.

Malú se tiene que mover en bajo perfil, su actividad es de riesgo, pero su dolor y su indignación es más fuerte a raíz del asesinato de su hermana, Lilia Alejandra, víctima de feminicidio en Ciudad Juárez en el 2001.

Luego de su irreparable pérdida se involucra en la defensa de los derechos humanos de las mujeres, en la organización “Nuestras Hijas de Regreso a Casa”, fundada por su madre, la maestra Norma Esther Andrade.

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