viernes, abril 19, 2024

“Tenemos que acabar con la hegemonía del machismo; no se nos debe seguir criminalizando por el sólo hecho de ser mujeres”.

De ser amas de casa, o jefas de familia, se convirtieron en “abogadas”, en expertas conocedoras de las leyes y abundaron en el enorme significado de los derechos humanos; Marisela Molina González, defensora por la Libertad de las y los ex Presxs de Tlanixco, municipio de Tenango del Valle; Kenia Hernández del Colectivo Libertario Zapata Vive; Diana Bobadilla de Abracemos Parque Las Pilas en Metepec y Reyna Moreno, defensora de áreas verdes en Lomas de Atizapán, participaron en el foro “Mujeres defensoras en riesgo” que organizó el Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero (CDHZL)

Las cuatro coincidieron en que fueron circunstanciales los motivos que las llevaron a convertirse en defensoras de los derechos humanos; primero porque tuvieron el infortunio de vivir la criminalización de sus familiares o bien por defender espacios públicos y después, porque la injusticia y la impunidad son factores que ya no pueden quedar en el olvido.

En el caso de Marisela Molina González, esposa de uno de los presos políticos de Tlanixco sentenciados a 50 años de cárcel por defender su derecho al agua, narró que esta situación le cambió la vida, “fueron muchos sufrimientos, pero también hubo mucho aprendizaje, nos dimos cuenta de la corrupción y la impunidad con la que se conducen jueces y ministerios públicos”.

Fueron más de 10 años de insistir en la inocencia de su esposo y de los otros cinco implicados a quienes también acusaron de secuestro y asesinato. “Violentaron nuestros derechos, a nuestra gente la calificaban de terrorista, pero es hasta que se quita el miedo que empiezas a actuar porque no sólo sentenciaban a nuestros esposos, sino a nosotras como mujeres y a nuestros hijos”.

Por su parte Kenia Hernández del colectivo Libertario Zapata Vive, conoce muy de cerca la corrupción y la impunidad con que se manejan los gobiernos del estado de México y de Guerrero.

Primero fue amenazada de muerte en la Montaña de Guerrero por fomentar la participación de mujeres indígenas en la vida comunitaria, hecho que la obligó a salir de esa entidad en 2019, protegida por el Mecanismo Federal para Periodistas y Personas Defensoras de Derechos Humanos.

Segundo porque al año de refugiarse en el estado de México le fueron fabricados los delitos de robo con violencia de 500 pesos, supuestamente a dos personas que viajaban en una camioneta en las inmediaciones de la caseta de San Cristóbal Ecatepec y además, la Fiscalía estatal tenía un proceso abierto contra Kenia desde el pasado 5 de mayo por parte de la empresa Conmex, acusándola de ataques a vías de comunicación y daños a bienes.

Aunque sendos delitos no tenían ningún sustento, estuvo recluida cinco días en el penal de Chiconautla en donde conoció a otras mujeres que compurgan penas por delitos que no cometieron. Hay toda una estructura machista para reprimir a las mujeres, los gobernantes son los verdugos de las causas sociales”.

En el caso de Diana Bobadilla Martínez de Abracemos las Pilas en Metepec, su defensa por el medio ambiente y el respeto a los espacios públicos le han merecido la condena de la alcalde Gabriela Gamboa.

La defensora ambientalistas enfrenta dos carpetas de investigación, una por obstrucción de las vías de comunicación y otra por despojo del parque, ésta última le provoca la sonrisa de incredulidad a Diana cada que lo cuenta porque la acusación es real, pero no deja de ser absurda.

Lo que no fue absurdo fue la forma en que la policía municipal de Metepec, realizó varios patrullajes alrededor de su domicilio el 31 de enero de este año de forma amenazadora que incluyó un citatorio para presentarse a la FGJEM por su participación en un protesta en octubre de 2019.

“Se quebraron intereses personales y eso nos les gustó”, dice Diana Bobadilla al referirse a la lucha que vecinos emprendieron del parque La Pila, para evitar la habilitación de un cuartel de la Guardia Nacional dentro de esa área en donde se concentran niños y personas de la tercera edad.

Diana ha recibido el apoyo no sólo de la Comisión de Derechos Humanos del estado de México (CODHEM), sino de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), situación que no le agradó al ayuntamiento de Metepec, el que acusó al organismo estatal de no darle la razón por motivos políticos.

La activista también ha pugnado porque los gobiernos municipales entiendan la importancia de contar con mejor infraestructura para ciclistas, luego de la gran cantidad de accidentes por la falta de ciclovías, es por ello que “acompaño a personas víctimas de incidentes viales”.

Por su parte, Reyna Moreno, madre de familia, también ha tenido que defender las áreas verdes de Lomas de Atizapán, porque “tenemos derecho a vivir en armonía con la naturaleza”.

Esta cuatro mujeres defensoras de los derechos humanos pidieron a los gobiernos que no sean sordos ni ciegos ante lo que pasa con las luchadoras sociales.

“No se puede negar una realidad por más cruda que sea; tenemos que acabar con la hegemonía del machismo; necesitamos políticas públicas que reivindiquen a las mujeres, no se nos debe seguir criminalizando por el sólo hecho de ser mujeres”, concluye Kenia Hernández.

Este ejercicio de opinión fue coordinado por Citlalli González responsable de Protección y Seguridad en el CDHZL, quien concluyó que aun faltan temas por abordar como las luchas estudiantiles en las que se han denunciado abuso sexual y que han provocado la criminalización de las mujeres, los derechos de los transexuales y de toda la comunidad LGBTTTIQ, y los feminicidios, entre otros temas que atañen a las mujeres.

“Nos quedamos con la semilla de la esperanza para continuar conquistando los derechos de las mujeres”.

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