“Es tiempo de transformación y es tiempo de mujeres”.
Por Eduardo Alonso
Con firmeza en su oratoria, sencillez en su conducción y una profunda sonrisa Claudia Sheinbaum Pardo, la primera mujer en la historia de México en asumir la titularidad de la presidencia de la república, ratificó su visión, pensamiento y actuar de izquierda y precisó que no llega sola sino con el respaldo de “todas” las mexicanas.
“Después de al menos 503 años, por primera vez llegamos las mujeres a conducir los destinos de nuestra hermosa nación. Y digo llegamos porque no llego sola, llegamos todas”, enfatizó durante su toma de protesta en el Congreso de la Unión.
Claudia Sheinbaum fue elogiada y reconocida por su trayectoria científica, social y política, tanto por la clase política, económica y social nacional, como por las presidentas, presidentes y representantes de 105 naciones presentes en la Cámara de Diputados federal donde se verificó el relevo presidencial entre el presidente saliente Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum Pardo.
Ambos fundadores del movimiento social y político que bautizaron como “Cuarta Transformación” y que en los últimos años lo conceptualizaron como “Humanismo Mexicano” donde la prioridad son las y los mexicanos de escasos recursos, pobres que a lo largo y ancho del país son poco más de 40 millones de una población de 130 millones de mexicanos.
El martes 1 de octubre de 2024 muy probablemente fue el más intenso en toda la vida política de la Doctora en Ingeniería Ambiental de la UNAM, Claudia Sheinbaum, pues desde muy temprano sus vecinas y vecinos aguardaron pacientemente a las afueras de su departamento para desearle éxito y despedirla en su camino al Congreso de la Unión y luego a Palacio Nacional donde vivirá durante los próximos seis años con su esposo Jesús María Tarriba.
El trayecto entre su casa de Claudia Sheinbaum, ubicado en la colonia Toriello Guerra de la delegación Tlalpan de la Ciudad de México, a sus nuevos rumbos que serán la zona Centro de la capital del país, fue complicado ya que al igual que hace seis años con AMLO, cientos, miles de personas se apostaron en la ruta de su auto compacto para observar por algunos segundos su paso y esa buena vibra generó minutos de retraso para reunirse con los inquilinos del Poder Legislativo nacional donde le transfirieron todo el poder del país.
A sus 94 años, la luchadora social y presidenta de la Mesa Directiva del Congreso de la Unión, Ifigenia Martínez y Hernández, fue la encargada de conducir la sesión y solicitarle a Andrés Manuel López Obrador la banda presidencial para poder colocársela, con algunas dificultades por su avanzada edad, a la nueva presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo.
Ya como titular del Poder Ejecutivo de México y ante miles de personas presentes en el principal recinto político del país, Claudia Sheinbaum, inició reconociendo durante casi 9 minutos la labor de Andrés Manuel López Obrador, a quien calificó como su compañero de lucha y amigo.
“Su último libro lo titula ¡Gracias!, y hoy le devolvemos el agradecimiento: profundas gracias, gracias, gracias por siempre. Ha sido un honor luchar con usted. Hasta siempre, hermano, amigo, compañero, Andrés Manuel López Obrador”, dijo Claudia Sheinbaum a López Obrador quien no emitió ninguna palabra a los asistentes y al final del evento abrazo en tres ocasiones a su sucesora y a quien hace 24 años invitó, entorno a una taza de café en un restaurante de cadena comercial, a formar parte de su gobierno cuando él era Jefe de la Ciudad de México.
La presidenta Sheinbaum precisó a los asistentes que su conducción al frente del país será bajo los principios de la “Cuarta Transformación”: no mentir, no robar, no traicionar al pueblo y asegurar que en toda política pública la prioridad serán las y los mexicanos de escasos recursos.
Durante su discurso agradeció, uno por uno, a los mandatarios de otras naciones que asistieron a atestiguar la toma de protesta y les precisó que México tiene un profundo compromiso de amistad con la comunidad internacional, respeto, colaboración, pero nunca de sumisión.
“Saludo y agradezco especialmente a la Doctora Jill Biden, que asiste con la representación del presidente de los Estados Unidos de América; a Peter Boehm, representante del Senado de Canadá; a Josep Borrell Fontelles, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea”, dijo.
Y recordó que “el 2 de junio de este año, el pueblo de México, de forma democrática y pacífica, dijo fuerte y claro: ‘Es tiempo de transformación y es tiempo de mujeres’. Hoy, 1 de octubre del 2024, inicia la segunda etapa: el Segundo Piso de la Cuarta Transformación de la vida pública de México”.
La Doctora expresó que México es un país maravilloso, con un “pueblo extraordinario”.
“Somos una gran nación”, dijo la presidenta Sheinbaum al realizar un breve repaso por los personajes históricos de México y puntualizar que López Obrador se ubica ya como uno de los mejores presidentes que ha tenido la nación.
“México es maravilloso gracias a nuestros paisanos y paisanas héroes y heroínas que viven en Estados Unidos y que con amor a su familia y a la patria envían su apoyo todos los meses. México es un país maravilloso por su pueblo generoso, solidario, alegre, libertario, resistente, rebelde, sabio y hoy, empoderado. Y hoy México, gracias a todas, y todos somos la doceava economía del mundo y el sexto destino turístico”, dijo.
Y precisó “llamo a todas y todos a que hagamos una reflexión, que evaluemos con la cabeza fría qué pasó durante estos seis años con datos duros, reconocidos nacional e internacionalmente, y con ello respondámonos las siguientes preguntas:
¿Cómo es que 9.5 millones de mexicanos y mexicanas, de acuerdo con el Banco Mundial, salieron de pobreza en tan solo seis años? ¿Cómo es que, sin subir impuestos, se redujeron las desigualdades? ¿Cómo es que somos de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico menos endeudados y con una moneda fuerte? ¿Cómo es que somos de los países con menos desempleo? ¿Cómo es que hay más bienestar y al mismo tiempo ganaron más los empresarios y los bancos? ¿Cómo es que estamos en récord de inversión extranjera directa y al mismo tiempo aumentaron los salarios? ¿Cómo es que aumentó el salario mínimo y no subió la inflación?
La respuesta es, subrayó Claudia Sheinbaum, el cambio de modelo de desarrollo del país, del fracasado modelo neoliberal y el régimen de corrupción y privilegios a uno que surgió de la fecunda historia de México, del amor al pueblo y de la honestidad, lo llamamos el Humanismo Mexicano.
Por eso, puntualizó, “hablamos de una transformación profunda. Y aceptémoslo, a todas y a todos les ha ido mejor”.
Por ello, dijo, para bien de México, de todas y todos, vamos a continuar con el “Humanismo Mexicano”, con la “Cuarta Transformación”.
La presidenta Claudia Sheinbaum resumió algunos de los aspectos que consideró como sus principales principios.
Uno. Para que haya prosperidad, debe ser compartida, o dicho de otra forma: por el bien de todos, primero los pobres.
Dos. No puede haber gobierno rico con pueblo pobre. Esta es una frase de Benito Juárez García que los gobiernos de la transformación hacemos realidad y que sostiene que el gobernante debe vivir en la justa medianía, sin lujos, parafernalias o privilegios, y que el gobierno no debe ser una carga para el pueblo. A eso le llamamos austeridad republicana.
Tres. Las y los gobernantes debemos ser honrados y honestos. El uso de las estructuras de gobierno para el beneficio personal o de un grupo ensucia el servicio público. La corrupción debe combatirse por ética y por principios, pero, además, como lo hemos visto, porque ahí radican los recursos necesarios para el bienestar del pueblo y el desarrollo de la nación. En pocas palabras, la honestidad da resultados. Además, la autoridad moral es lo más importante, y esa no se compra en la esquina, se construye con una sola mística, la de luchar con honradez todos los días por un México con justicia, democracia y libertad.
Cuatro. El principio máximo de que la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo; o, regresando a Juárez: con el pueblo, todo; sin el pueblo, nada.
Cinco. Prohibido prohibir, la libertad es esencia de la democracia.
Seis. El desarrollo y el bienestar del pueblo sólo pueden fortalecerse con el cuidado del medio ambiente y los recursos naturales.
Siete. Las mujeres tenemos derecho a la igualdad sustantiva.
Ocho. México es un país soberano, independiente, libre y democrático. Queremos la paz. Queremos la paz y la fraternidad de las naciones. Y nos coordinamos, mas no nos subordinamos.
Nueve. La política se hace con amor no con odio. La felicidad y la esperanza se fundan en el amor al prójimo, a la familia, a la naturaleza y a la patria.
Diez. Condenamos el clasismo, el racismo, el machismo y cualquier forma de discriminación. No es solo un asunto de tolerancia, es el reconocimiento de que la profundización de las desigualdades llevará siempre a la injusticia. La fraternidad significa vernos a los ojos como iguales.
“Con esto en mente, les manifiesto: en nuestro gobierno garantizaremos todas libertades, la de expresión de prensa, de reunión, de movilización. La libertad es un principio democrático y nosotros somos demócratas”, dijo.
Y concluyó precisando “llega con nosotras el pueblo de México, hombres y mujeres empoderados. La transformación les devolvió la dignidad, la libertad y la felicidad, y nunca nadie más se las podrá arrebatar. Soy madre, abuela, científica y mujer de fe, y a partir de hoy, por voluntad del pueblo de México, la presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Gobernaré para todos y para todos, y tengan la certeza de que pondré mi conocimiento, mi fuerza, mi historia y mi vida misma al servicio del pueblo y de la patria”.
“Tengo la certeza de que consolidaremos juntas y juntos un México cada día más próspero, libre, democrático, soberano y justo. No les voy a defraudar. Les convoco a seguir haciendo historia. ¡Que viva la Cuarta Transformación! ¡Que viva México!”
Tras concluir su exposición ante las y los diputados, senadores e invitados especiales, Claudia Sheinbaum, tuvo un acercamiento con mandatarios de otras naciones, y posteriormente salió al Zócalo donde ya la esperaban miles de sus seguidores, así como representantes de pueblos originarios que le entregaron el Bastón de Mando y a quienes les dio a conocer las cien acciones que emprenderá durante su gobierno.