viernes, abril 19, 2024

Las instituciones de educación superior tendrán que fortalecer las competencias pedagógicas, sociales y digitales.

Por Gabriela Landetta

El aprendizaje a distancia al que obligó la crisis sanitaria por el covid-19 perdurará, alternándose con las actividades presenciales, por lo que las instituciones de educación superior tendrán que prepararse y enfocar sus esfuerzos en las competencias pedagógicas, sociales y digitales, “indispensables para la educación del siglo 21 en donde se posicionara con mayor énfasis, la educación virtual”.

Así lo destacó José Antonio Aguirre Vázquez, director general de Planeación y Desarrollo de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, ANUIES,  al dictar la conferencia magistral “Presente y Futuro de la Educación Superior en México”, organizada por la Universidad Autónoma del Estado de México.

A distancia, el funcionario de la ANUIES expresó la importancia de fortalecer esa tríada de competencias docentes al considerar la permanencia de la educación virtual, así como a otros aspectos como el incremento de la demanda educativa, la gratuidad, la reducción de subsidios y la ampliación de la cobertura territorial de las instituciones de educación superior.

Al respecto explicó que a través de las competencias pedagógicas se debe “facilitar el aprendizaje, el trabajo corporativo brindar tutoría diseñar mecanismos de valuación congruentes con la educación no presencial”.

En tanto, el fortalecimiento de las competencias sociales será indispensable, afirmó, ya que con ellas el docente tendrá que asumir “el rol de facilitador y líder para desempeñar la nada fácil tarea de animar al grupo a la distancia, de lograr la conexión social y emocional, promover el trabajo en equipo y el sentido de pertenencia a un grupo de aprendizaje. Esto ayudará a superar el sentimiento de aislamiento y soledad, a disminuir la posibilidad de deserción”.

Manifestó que, por supuesto, las competencias digitales son indispensables en los nuevos tiempos de la educación a distancia, por lo que los profesores y  académicos que realicen su labor de manera virtual o semipresencial tendrán que estar en constante actualización en el uso de las herramientas digitales, ya que éstas evolucionan rápidamente.

En su ponencia magistral, Aguirre Vázquez también señaló quela gravedad de la emergencia sanitaria nos enseñó la importancia de tomar decisiones de manera proactiva, responsable y rápida además (…) La rápida transición de la enseñanza virtual venció resistencias y demostró la capacidad de adaptación del personal docente y de los propios estudiantes a las nuevas condiciones”.

Sin embargo, refirió que la pandemia también demostró problemas  y exacerbó las desigualdades sociales.

En el caso de la educación superior, destacó, no todos los alumnos contaron con las condiciones socioeconómicas para acceder al aprendizaje digital, por lo que es necesario, focalizar la atención hacia ese grupo, ya que  de eso va a depender su permanencia en la educación superior y su éxito académico.

El director general de Planeación y Desarrollo de la ANUIES también mencionó que con el confinamiento y el aprendizaje a distancia se tuvo oportunidad de reflexionar acerca del valor que tiene la interacción social en las aulas:

“El contacto que tenemos todos los días con los estudiantes y que a veces no sabemos valorar ni tampoco aprovechar. Supongo que ahora lo valoraremos más y haremos un mejor uso de esa gran oportunidad de interacción humana en las aulas”.

Sin embargo, manifestó que las nuevas circunstancias también exigen cambios profundos e inéditos sobre la forma en que se realizaba el trabajo académico, por lo que será necesario que las instituciones de educación superior realicen trabajos participativos de reflexión y de rediseño en los que participen estudiantes, académicos y representantes de la sociedad, a fin de aprender las lecciones que ha dejado la crisis sanitaria.

“Sobre todo con un enfoque prospectivo, ampliar la visión hacia nuevos paradigmas de renovación pedagógica y aprovechamiento de nuevas tecnologías que favorezcan la calidad, la equidad y amplíen la inclusión social”. Afirmó además que “las instituciones educativas saben mejor que nadie que las crisis también conllevan la semilla de la innovación y la transformación, que las crisis son el motor para desarrollar nuevas formas de organizar el trabajo e identificar nuevos medios para alcanzar los objetivos  fundamentales del aprendizaje y la generación y aplicación del conocimiento”.

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