viernes, marzo 29, 2024

A raíz de la primera sesión del Foro Mundial de la Juventud de 1996, las Naciones Unidas declaran en 1999 el 12 de agosto como Día Internacional de la Juventud.

La Asamblea General recomendó que durante ese día, se organizaran actividades de información pública que sirvieran para promover una mayor toma de conciencia sobre los principios del Programa de Acción Mundial para los Jóvenes (PAMJ), creado en 1995.

La promoción de este día apoya medidas, tanto nacionales como internacionales para:

Mejorar la participación de la juventud en las actividades de las Naciones Unidas, así como en la sociedad y en la toma de decisiones.

Desarrollar políticas en temas prioritarios como la educación, el empleo, el hambre y la pobreza, la salud, el medio ambiente, el uso indebido de drogas y la delincuencia juvenil.

Desarrollar canales de comunicación y cooperación entre organizaciones juveniles, agencias del sistema de las Naciones Unidas y otras organizaciones juveniles intergubernamentales.

América Latina y el Caribe es una de las zonas con más altos índices de pobreza del mundo. Muchos jóvenes de la región tienen un acceso limitado a los servicios públicos, como el suministro de agua potable, las carreteras, la asistencia sanitaria y la educación.

La definición de joven tiene varias interpretaciones. Por lo general las Naciones Unidas, con base a la definición de la Organización Panamericana de la Salud (PAHO), considera jóvenes a las personas entre 15 y 24 años. Para UNICEF, de acuerdo a la Convención de los Derechos del Niño, aprobada en 1989 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el mandato es proteger los derechos de niños, niñas y adolescentes de 0 a 18 años de edad. UNICEF concuerda que esta etapa cubre todos los niveles de desarrollo en el ciclo vital de los niños y de los adolescentes, considerándolos como individuos que necesitan espacio y tiempo para que opinen y se consideren personas autónomas y creativas dentro de la sociedad.

El tema para este año, es “El camino hacia 2030: erradicar la pobreza y lograr el consumo y la producción sostenible”.

El consumo sostenible significa la producción y uso de bienes y servicios que cumplan las necesidades básicas de las comunidades, salvaguardando las necesidades de las futuras generaciones. El desarrollo y la promoción de las decisiones y actos individuales que aumentan el consumo ecológico de todos y minimiza la contaminación y la generación de basura son funciones críticas para alcanzar un desarrollo socioeconómico justo.

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