jueves, marzo 28, 2024

En diciembre de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 23 de junio como Día Internacional de las Viudas.

A partir de 2011 y exhorta a los Estados Miembros, el sistema de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales y regionales que, en el marco de sus respectivos mandatos, presten especial atención a la situación de las viudas y sus hijos.

ANTECEDENTES:

Ausentes en las estadísticas, inadvertidas por los investigadores, abandonadas por las autoridades locales y nacionales y mayormente ignoradas por las organizaciones de la sociedad civil, la situación de las viudas es, en efecto, invisible.

Sin embargo, el abuso de las viudas y sus hijos constituye una de las más graves violaciones a los derechos humanos y obstaculiza el desarrollo actual. Millones de viudas en el mundo soportan extrema pobreza, aislamiento, violencia, falta de vivienda, enfermedades y discriminación en lo que respecta a la ley y las costumbres.

Cuando enviudan, las mujeres de muchos países a menudo se enfrentan con la denegación de sus derechos de herencia y a la tierra, degradantes rituales de sepultura y duelo con riesgo de vida y otras formas de abuso.

Con frecuencia, incluso integrantes de su propia familia desalojan a las viudas de sus hogares y abusan de ellas físicamente (a algunas hasta las asesinan). En gran cantidad de países, la condición social de la mujer está inextricablemente vinculada a la de su esposo, de modo que cuando él muere, la mujer ya no tiene lugar en la sociedad. Para volver a lograr condición social, se espera que las viudas se casen con uno de los parientes de su esposo, a veces contra su voluntad. Para muchas, la pérdida de un esposo es sólo el primer hecho traumático de una terrible experiencia a largo plazo.

En muchos países, se estigmatiza a la viudez y se la ve como el origen de la vergüenza. En algunas culturas, se cree que las viudas están malditas e incluso se las asocia con la brujería. Tales errores de concepto pueden resultar en que las viudas sean víctimas de aislamiento, abuso o situaciones peores. Las investigaciones realizadas por HelpAge International, por ejemplo, han revelado que en Tanzania cientos de mujeres (mayormente viudas) han sido asesinadas debido a que se las acusó de ser brujas.

Con frecuencia, los hijos de las viudas se ven afectados tanto emocional como económicamente. Las madres que quedaron viudas y que ahora tienen que mantener solas a sus familias se ven obligadas a retirar a sus hijos de la escuela y depender de su trabajo. Además, las hijas de las viudas pueden sufrir gran cantidad de privaciones, lo que eleva su vulnerabilidad a ser víctimas de abuso.

Tales crueldades con frecuencia se consideran como justificadas en términos de la práctica cultural o religiosa. La impunidad por los abusos de los derechos de las viudas es algo extendido y son pocos los autores a los que se los lleva ante la justicia. Incluso en países donde la protección legal es más inclusiva, las viudas pueden sufrir marginalización social.

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