El 13 de Septiembre de 1812 a iniciativa de Félix María Calleja, el virrey Francisco Javier Venegas ordena ejecutar a garrote vil a Leonardo Bravo, porque se niega a dar y organizar hombres para el ejército realista.
Bravo se refugió en las cuevas de Michapa. En 1811 se unió a Morelos y se distinguió en la Guerra de Independencia como constructor de materiales de guerra y de fortificaciones, administrador y combatiente de primera línea. Organizó la defensa de Cuautla, de donde salió con las fuerzas que rompen el cerco de Calleja; después fue aprehendido en la hacienda de San Gabriel y trasladado junto con dos de sus compañeros a la capital de la Nueva España. José María Morelos intentó canjearlo por ochocientos prisioneros realistas, lo que no aceptó el virrey Venegas. Finalmente en la calzada del Ejido se le aplica la sentencia del garrote, que consiste en dar muerte al reo, mediante la estrangulación con un arco de hierro sujeto a un poste fijo.
En 1813 se instala en Chilpancingo el Primer Congreso de Anáhuac para dar organización política al país, convocado por Morelos desde Acapulco. El Congreso, elaborará una Constitución. Acuden los principales dirigentes insurgentes: Ignacio López Rayón, Carlos María de Bustamante, Andrés Quintana Roo, José María Coss y otros. Será ante este Congreso que Morelos depondrá su autoridad militar y se declarará “Siervo de la Nación”.
En 1847 más de siete mil soldados estadounidenses al mando del general Winfield Scott asaltan el Castillo de Chapultepec defendido por Nicolás Bravo, por Mariano Monterde como segundo mando y Santiago Felipe Xicotécantl, jefe del Batallón de San Blas, al que se agregan los alumnos del Colegio Militar, entre ellos: Juan de la Barrera, Agustín Melgar, Vicente Suárez, Francisco Márquez, Fernando Montes de Oca y Juan Escutia; esto es, suman sólo 832 efectivos los mexicanos defensores del castillo. La visión épica de su sacrificio ha creado el mito de los “Niños Héroes”, en tiempos en que muchos adolescentes ya formaban parte de los ejércitos del mundo.
En 1912 fallece en España Justo Sierra Méndez, escritor, historiador, periodista, poeta y político mexicano. Su brillantez intelectual lo llevo a integrarse, aún antes de titularse a los círculos literarios más importantes de la época de la mano de su tutor, Ignacio Manuel Altamirano. Algunas de sus obras como “Conversaciones del domingo” en El Monitor Republicano, fueron reunidas en Cuentos románticos. Sierra no se limitó a la literatura, sino que su obra se amplió debido a su interés en la historia, la sociología y la pedagogía.
En 1475 nace Cesare Borgia, hijo del cardenal Rodrigo de Borja y Lanzol, quien pronto se convertiría en el Papa Alejandro VI; se cree que César fue la inspiración de Nicolás Maquiavelo para su libro “El Príncipe”. Borgia y su clan llegaron a representar el pináculo de la corrupción del papado renacentista y en muchos aspectos resultó ser el impulso para la reforma protestante.
En 2004 muere en la Ciudad de México, Luis Ernesto Miramontes Cárdenas, coinventor de la píldora anticonceptiva.