viernes, abril 19, 2024

Nadie detiene la fuerza de las mujeres. Ni siquiera la pandemia fue pretexto para frenar la furia de las mexiquenses.

Por Gabriela Landetta

Fotos: Alejandra Zárate

Nadie detiene la fuerza de las mujeres. Ni siquiera la pandemia es pretexto para frenar la furia de las mexiquenses contra la violencia que se ejerce hacia su mismo sexo, no detiene la indignación por los alarmantes casos de desapariciones, de muertes violentas, de feminicidios. No. Nada detiene la marcha enérgica, la consigna en el grito unísono de las jóvenes que a su paso, hacen suyas las calles de la ciudad de Toluca.

Alrededor de las 13:00 horas de este lunes, 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, comenzaron a llegar las integrantes de las 14 organizaciones que conforman el Frente de Mujeres del Estado de México y también las feministas independientes, al sitio desde donde partiría su movilización hacia la el corazón de la ciudad: la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma del Estado de México.

Entre ellas: Brujas Sonoras, Rad Asistencia Sorora, Resistencia Violeta UAEMex,  Colectivo Apapachos en Violeta, Marías Aborteras, Colectivo Feminista Polvo de Estrellas.

Los colores negro y morado predominaban entre las participantes, pero más su hartazgo contra un sistema que no aporta soluciones concretas a una problemática, donde la misoginia, el machismo, la impunidad y la corrupción son las principales cadenas que atan la impartición de justicia.

La intención del Frente era marchar sobre la calle Jesús Carranza, ruta normal para llegar hasta el centro. Sin embargo,  un “inconveniente” lo impidió: la parte posterior de la Casa Estado de México, donde reside el gobernador Alfredo Del Mazo y su familia, se sitúa justamente en esa vialidad,  entre Paseo Tollocan y Venustiano Carranza.

“Casualmente” una valla conformada por dos filas de granaderos -alrededor de 100 elementos- así como vehículos de la policía estatal, se apostaron sobre Jesús Carranza y Paseo Tollocan para evitar el paso de las mujeres. 

Una integrante de la organización Brujas Sonoras declaró a COMUNICADORESMX, que eso era una muestra más de la cerrazón del gobierno estatal para atender las demandas de las mujeres.

Pedro Ortiz, padre de la joven Monserrat Ortiz Saavedra, quien fue asesinada el pasado 14 de febrero en Ensenada, Baja California, también se quejó con este medio informativo de la falta de apoyo del gobierno de Del Mazo Maza  para resolver el feminicidio de su hija.

Las manifestantes intentaron primero, a través del diálogo, convencer a los policías,de permitirles cruzar  por allí. Ante la rotunda e insistente negativa y un conato de enfrentamiento que tuvo lugar entre marchistas y la fuerza pública, obligó a las organizadoras a replantear la ruta para evitar que la situación se saliera de control.

Así, las cientos de mujeres, jóvenes la mayoría, avanzaron por Paseo Tollocan, dieron vuelta en Juárez hasta Venustiano Carranza. Siguieron la marcha hasta encontrarse nuevamente con Jesús Carranza donde dieron vuelta rumbo a la Plaza Cívica. Del otro lado de Jesús y Venustiano Carranza, fue posible observar más granaderos, más unidades de la policía estatal, evitando el paso de los contingentes, protegiendo la residencia oficial del gobernador.

La falta de respuestas reales y concretas de las autoridades, de los que tienen el poder de decisión, a las insistentes demandas de la población femenina para sentirse protegida, para llevar a la cárcel a violadores y feminicidas, para evitar más casos de desapariciones, para impedir que más mujeres sean violentadas,  se convierten en un polvorín que explota cuando la ocasión lo amerita.

Y explotó con fuerza en todas las manos que pintaron consignas en la Facultad de Enfermería y Servicio de Obstetricia de la Universidad Autónoma del Estado de México que no ha escapado a las denuncias de acoso sexual, así como en la fachada de la Escuela Preparatoria Número 1 “Adolfo López Mateos”, de la misma UAEMex.

La furia fue mayor cuando a su paso encontraron estacionadas dos camionetas de Seguridad Pública estatal con placas ME-240A-1 y 20-886. Ambas terminaron con ventanillas y espejos destrozados por la indignación y el enojo de un grupo de marchistas al grito de: “¡Policía no me cuidas, me cuidan mis amigas!”, porque la interrogante que se lanza siempre con fuerza es: ¿dónde está la policía cuando una mujer es agredida?

Hacia las 15:00 horas, el numeroso contingente de aproximadamente mil mujeres llegó ¡por fin! al centro de la ciudad de Toluca. Caminando por Nicolás Bravo, pasó por la Plaza González Arratia por un lado, del otro los tradicionales Portales. Al llegar a la Catedral  que era “defendida” por una cadena humana, integrantes del Frente de Mujeres del Estado de México decidieron asaltar la representación del poder eclesiástico y pintar consignas en el inmueble.

Tras permanecer varios minutos en el lugar, se dirigieron hacia Palacio de Gobierno, fuertemente resguardado por un numeroso grupo de granaderos. Las calles aledañas Primo de Verdad  y la continuación de Nicolás Bravo, también contaban con un cerco de seguridad. También se cerró el tráfico sobre Lerdo  desde Av. Juárez, hasta su entronque con Bravo.

Las manifestantes encararon a los elementos de la fuerza pública, los acorralaron verbalmente, los cuestionaron por no defender a las mujeres. Y después cantaron. A una sola voz se escucharon las estrofas de la Canción sin Miedo, de Vivir Quintana:

Que tiemble el Estado, los cielos, las calles

Que tiemblen los jueces y los judiciales

Hoy a las mujeres nos quitan la calma

Nos sembraron miedo, nos crecieron alas

A cada minuto, de cada semana

Nos roban amigas, nos matan hermanas


Destrozan sus cuerpos, los desaparecen

No olvide sus nombres, por favor, señor presidente…

Después, casi desapercibida, la madre de la doctora Jessica Sevilla, quien fue encontrada sin vida en agosto de 2017, en un paraje de Huixquilucan, víctima de la  saña y la brutalidad, dio un mensaje.  Con la voz entrecortada denunció que al Estado no le interesa la integridad de las mujeres y la mayoría de los feminicidios, como el de su hija, quedan impunes. 

Cuando parecía que los momentos más álgidos de la manifestación ya habían concluido, una nueva ola de enojo, motivó a las participantes a lanzar diversos objetos a los elementos de Seguridad Pública, se apoderaron de las vallas que los protegían y dejaron su sello, con pintas de colores, en sus escudos.

Pero otras jóvenes fueron más allá de hacer pintas distintivas. Unas cuantas consideraron que incendiar la puerta principal de la Cámara de Diputados era una buena opción para visibilizar la violencia  que, en todas sus vertientes, enfrentan las mexiquenses.

No, nada ni nadie detiene a las mujeres del Estado de México.

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