Cierto es que existen otros datos y también es cierto que existen las Fake News, pero ni el presidente tiene datos fidedignos, ni las Fake News son tan irreales.

Por Alejandro Martínez de la Cruz

¿En México quién tiene el monopolio de la verdad? ¿Un presidente que no se queda callado y saca sus propios datos o esos periodistas que responden a intereses de la empresa a la que trabajan? Cierto es que existen otros datos y también es cierto que existen las Fake News, pero ni el presidente tiene datos fidedignos, ni las Fake News son tan irreales, me explico mejor.

Entendamos que durante años los presidentes se quedaron callados ante el embate de los medios de comunicación, esos que destaparon escándalos, corrupción y que solían ser amarillistas si se lo proponían, con tal de subir el rating de su televisora o aumentar las ventas de su periódico, y cuando de plano los periodistas y analistas cruzaban la línea, solían ser callados a la fuerza, ya sea con desapariciones y asesinatos o censurando, por ello, este presidente incómoda al tratar de desmentir lo que los medios critican de su gobierno.

Y es que es precisamente esa la tarea de un periodista criticar, desmentir e investigar más allá de lo que los gobernantes nos quieren enseñar a los ciudadanos, no es que este sea el presidente y gobierno más atacado de la historia reciente o pasada de México, es que siempre fue así, si al presidente Obrador se le olvida la historia (misma que cuenta a diario a los medios, por lo menos la que a él le conviene) los hermanos Flores Magón fueron asesinados y perseguidos por criticar al poder.

Pero hoy en día muchos críticos del gobierno trabajan para empresarios dueños de medios de comunicación que responden a intereses propios, y si un periodista juega en contra de esos intereses, claro que será callado, por ser incómodo, o caso contrario, premiado por jugar bien y atacar a quien debe ser atacado,  pero es aquí donde debemos como ciudadanos preguntarnos ¿a quién le creo? ¿A un presidente que siempre dice tener datos creíbles y no acepta errores, o, a esos medios y periodistas que desconocemos o no tienen acuerdos con el gobierno para atacar o no atacar al presidente y su gobierno?

Hoy el presidente es un medio más de comunicación, no es un estadista, ni un gobernante, es otro noticiero matutino que está en favor del gobierno, que claro recibe su chayote y se mantiene controlado, y los medios son la oposición a un gobierno inexistente y difamador, pero son medios que ahora se creen los que deben tener la verdad absoluta por encima del presidente, y el presidente igual busca ser esa verdad absoluta por encima de los medios de comunicación.

Lo único verdadero en esta contienda por la verdad, es que tanto presidente como medios son un poder, uno que no puede ser controlado por ciudadanos y menos ciudadanos manipulados por ese poder que alimenta el odio y las disputas por el monopolio de la verdad, por ello repito ¿Quién es ese temible cuarto poder, en la era los presidentes comunicólogos?