lunes, abril 15, 2024

De acuerdo con la definición de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la inseguridad alimentaria se define como la falta de acceso regular de una persona a suficientes alimentos nutritivos para un crecimiento y desarrollo normales, así como para llevar una vida activa y saludable. Esto puede deberse a la falta de disponibilidad de alimentos y/o a la falta de recursos para obtenerlos.

Por Claudio Jaime Batlle

Condiciones adversas tales como crisis económicas, políticas y sociales en las que se incluye la amenaza cotidiana a la vida, generan los componentes necesarios para la existencia de inseguridad alimentaria en los territorios donde estos fenómenos se produzcan de forma simultánea aún con la excepción de poseer vastos recursos naturales. Así lo ha demostrado la historia reciente a no más de cien años de distancia y en la actualidad esas circunstancias encuentran acomodo ante las problemáticas globales del momento.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) es la agencia de la Organización de las Naciones Unidas que lidera el esfuerzo internacional para erradicar el hambre. Su objetivo es el de lograr la seguridad alimentaria universal, así como de forma simultánea asegurar el acceso regular de alimentos suficientes y de buena calidad en beneficio de las personas a fin de que obtengan una vida activa y sana. Para lograr esta tarea la FAO cuenta con 196 miembros, con actividad en más de 130 países en todo el mundo.

Inseguridad alimentaria.

A partir del conflicto armado en la parte oriental Europea, se han acentuado las preocupaciones de organismos internacionales para mantener el equilibrio económico y la paz ya que el daño que podría generarse abarcaría no solamente en la región sino el entorno global y este incluye el de la estabilidad alimenticia.

QU Dongyu Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), recientemente se pronunció al respecto destacando que: En los últimos dos años, la enfermedad por coronavirus (COVID-19) ha planteado muchos retos para la seguridad alimentaria mundial. Hoy, lo que está ocurriendo en la Federación de Rusia y Ucrania añade otro importante reto.

La Federación de Rusia y Ucrania desempeñan un papel importante en la producción y el suministro de alimentos a nivel mundial. La Federación de Rusia es el mayor exportador mundial de trigo, mientras que Ucrania es el quinto mayor exportador. En conjunto, proporcionan el 19 % del suministro de cebada, el 14 % del trigo y el 4 % del maíz del mundo y representan más de un tercio de las exportaciones mundiales de cereales. También son los principales proveedores de colza y representan el 52 % del mercado mundial de exportación de aceite de girasol. El suministro mundial de fertilizantes también está muy concentrado, con la Federación de Rusia como principal productor.

Las perturbaciones de la cadena de suministro y la logística de la producción de cereales y semillas oleaginosas de Ucrania y la Federación de Rusia, así como las restricciones a las exportaciones rusas, tendrán importantes repercusiones para la seguridad alimentaria. Esto es especialmente cierto en el caso de unos 50 países que obtienen el 30 % o más de su suministro de trigo de la Federación de Rusia y Ucrania.

Muchos de ellos son países menos adelantados o países de bajos ingresos y con déficit de alimentos de África septentrional, Asia y el Cercano Oriente. Muchos países de Europa y Asia central dependen de la Federación de Rusia para obtener más del 50 % de su suministro de fertilizantes, y la escasez allí podría extenderse hasta el próximo año.

Los precios de los alimentos, ya en alza desde el segundo semestre de 2020, alcanzaron un nivel máximo histórico en febrero de 2022 debido a la elevada demanda, los costos de los insumos y el transporte y las perturbaciones en los puertos.

Los precios mundiales del trigo y la cebada, por ejemplo, aumentaron un 31 % a lo largo de 2021. Los precios de los aceites de colza y de girasol subieron más de un 60 %. La elevada demanda y la volatilidad de los precios del gas natural también han impulsado el aumento del costo de los fertilizantes. Por ejemplo, el precio de la urea, un fertilizante nitrogenado esencial, ha aumentado más del 300 %en los últimos 12 meses.

No hay certeza respecto de la intensidad y la duración del conflicto. Las probables perturbaciones de las actividades agrícolas de estos dos grandes exportadores de productos alimenticios básicos podrían agravar seriamente la inseguridad alimentaria en todo el mundo, en un momento en que los precios internacionales de los alimentos y los insumos ya son altos y volátiles. El conflicto también podría limitar la producción agrícola y el poder adquisitivo en Ucrania, lo que provocaría un aumento de la inseguridad alimentaria a nivel local. 

El Director General de la FAO concluyo destacando que el trigo es un producto alimenticio básico para más del 35 % de la población mundial, y el actual conflicto podría suponer una repentina y pronunciada reducción de las exportaciones de trigo tanto de la Federación de Rusia como de Ucrania. Todavía no está claro si otros exportadores podrían cubrir este vacío. Las existencias de trigo ya se están agotando en Canadá, y es probable que los Estados Unidos de América, la Argentina y otros países limiten las exportaciones, ya que los gobiernos intentarán garantizar el suministro interno.

La distancia con los países en conflicto no siempre supone la inmunidad de los efectos colaterales negativos, por lo que asumir actitudes previsoras ante cualquier tipo de desequilibrio, le ayudará a mantener moderación en sus finanzas evitando que su situación económica se deteriore y arriesgue su seguridad alimentaria.

Y no lo olvide, no compre lo que no necesita, ni gaste más de lo que gana.

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