viernes, marzo 29, 2024

El ajolote es objeto de múltiples análisis médico-biológicos debido a su capacidad para regenerar partes de su cuerpo que sufren daños.

Por Mirtha Hernández

A fin de preservar el ajolote o Ambystoma mexicanum, investigadoras de la UNAM estudian las condiciones de reproducción de esta especie en peligro de extinción, la cual es objeto de múltiples análisis médicobiológicos debido a su capacidad para regenerar partes de su cuerpo que sufren daños.

Norma Moreno Mendoza, académica del Instituto de Investigaciones Biomédicas, junto con sus colegas de la Facultad de Ciencias, Tania Porras, Maricela Villagrán y Eva Mendoza, realizan indagaciones acerca de los órganos reproductores del también llamado gemelo o monstruo acuático.

“En laboratorio el Ambystoma mexicanum es capaz de reproducirse, se ha investigado la temperatura, tipo de agua, salinidad que requiere, pero en circunstancias naturales está en peligro de extinción. Para conservar esta especie endémica de México es indispensable conocer sus condiciones reproductivas y sus órganos reproductores, de los que ya hay muchas descripciones morfológicas, pero no a nivel funcional”, explicó Moreno.

INTERÉS EN SU DESARROLLO

Las expertas se centraron en la gametogénesis, esto es, en la formación de los ovocitos y espermatozoides, fundamentales para la reproducción de un organismo. “Para comprender cómo se forman tenemos que ir hacia atrás en el desarrollo, conocer dónde surgen las células precursoras. El ajolote tiene un estadio como embrión que va del estadio 1-40 (E1-E40), larva del estadio 41-54 (E41-E54), pasa por un estadio juvenil y posteriormente a uno adulto”, abundó la especialista universitaria.

En el embrionario se encuentran las primeras células que dan origen a los gametos y proliferan hasta establecerse en los órganos sexuales, en el estadio larvario. Después forman parte de un ovario y/o un testículo.

Una inquietud central en sus estudios es si esas células continúan proliferando o son un número determinado. En diversos mamíferos sí hay un grupo de células en los ovarios; situación similar se presenta en los humanos, cuando las mujeres llegan a la menopausia significa que se terminaron sus ovocitos.

“La pregunta aquí es si en el Ambystoma mexicanum hay un número finito de ovocitos o no. Por su capacidad de regeneración podríamos asumir que, a lo mejor, si hay un daño en el ovario se pueden regenerar esos ovocitos y es lo que estamos examinando.”

MODELO VERSÁTIL

El ajolote conserva características larvarias aun cuando llega a la fase adulta de desarrollo y alcanza una madurez sexual, lo que podría estar relacionado con sus características de restitución, señaló Norma Moreno.

En su artículo “El ajolote Ambystoma mexicanum como un modelo versátil en la investigación científica”, Maricela Villagrán, Tania Porras y Norma Moreno plantean que desde 1768 Lazzaro Spallanzani descubrió la capacidad de reconstitución de las extremidades y la cola de este anfibio, lo que marcó el principio de una larga serie de investigaciones de neotenia y regeneración.

Se usan técnicas celulares y moleculares para caracterizar estos gametos que son los encargados de la continuidad de la vida y de la diversidad de las especies. Expresión del gen Vasa característico del linaje germinal temprano que dará origen a los gametos femeninos (E) y masculinos (F). Imágenes: cortesía de Norma Moreno.

También han sido llevados a otras partes del mundo. Se sabe que Alexander von Humboldt colectó 34 ejemplares en 1864 y los llevó a París, y debido a su adaptación a mantenerse en condiciones controladas de laboratorio se han convertido en modelo clave para la indagación de fenómenos, principalmente biológicos y médicos, como la reprogramación nuclear, la embriología de la inducción de células germinales, el procesamiento de neuronas retinianas y la regeneración.

“Hay estudios con Ambystoma mexicanum sobre la rehabilitación de la retina, de la médula espinal, de heridas sin dejar cicatriz; por ejemplo, se ha visto que si tienen una herida en el corazón, se regenera sin dejar cicatriz y el corazón sigue funcionando normalmente”, aseveró la universitaria.

Por esa extraordinaria capacidad de reconstitución, el ajolote representa para los investigadores un excelente modelo para entender los mecanismos celulares, fisiológicos y moleculares que llevan a la reposición de extremidades, órganos como el corazón y cerebro o células altamente especializadas como las neuronas.

En 2018, prosiguió, se logró secuenciar su genoma que es muy grande, porque tiene partes conocidas como intrones y regiones LTR (long terminal repeat) que abarcan 59 por ciento del genoma (Nowoshilow y col., 2018)*. Este avance fue gracias al trabajo en colaboración de diversos grupos en el ámbito internacional, incluyendo a dos investigadores mexicanos.

El desarrollo de A. mexicanum abarca tres etapas: embrionaria, larvaria y adulta. La adultez comenzará un par de semanas después de la formación de las extremidades. Un organismo completamente maduro, con capacidad para reproducirse, se constituirá entre los 18 meses y dos años.

Finalmente, la científica citó las principales amenazas para el ajolote: la contaminación ambiental de su hábitat conformado por los canales de Xochimilco y humedales de Chalco, Texcoco y Zumpango, así como los cambios de temperatura.

Su desarrollo se da en ambientes relativamente fríos, alrededor de los 15 grados, y el aumento en la temperatura impide que se desarrollen los embriones.

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