jueves, abril 18, 2024

La alianza Va por México debe ponderar y evaluar, que tanto bien le hace cargar con el cadáver del PRD, es decir, el PRD es un partido que ha ido en detrimento desde la salida de Andrés Manuel tras perder la presidencial en su segundo intento, y lo pudimos constatar en el 2018 y este pasado 6 de junio.

Por Alejandro Martínez de la Cruz

El 6 de junio de 2021 ha pasado y la contienda por la presidencia de México dio inicio un día después de la jornada electoral, y quedo evidente que dos grupos políticos se con formaron y consolidaron para competir por la silla presidencial, de un lado la coalición Juntos Hacemos Historia, conformada por Morena, el Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM), y por el otro extremo tenemos a la alianza Va por México, integrada por PRI, PAN y PRD.

Ambos tienen muchas lecciones que aprender de este pasado 6 de junio, la principal y más importante no subestimar a su oponente, y vámonos por partes, Morena y sus aliados subestimaron a aquellos que creían desprestigiados y moralmente derrotados, y el PRI y sus aliados pensaron que la marca Morena estaba desgastada y maltrecha por el ejercicio de gobierno y el accidente (negligencia) de la línea 12 del metro, pero concentremos este análisis en una sola coalición.

La alianza Va por México debe ponderar y evaluar, que tanto bien le hace cargar con el cadáver del PRD, es decir, el PRD es un partido que ha ido en detrimento desde la salida de Andrés Manuel tras perder la presidencial en su segundo intento, y lo pudimos constatar en el 2018 y este pasado 6 de junio, me explico, en 2018 si no es por su alianza con el PAN y el partido Movimiento Ciudadano no hubiesen tenido un candidato solido que por sí solo impulsara al partido y en este 6 de junio a nada estuvo de perder su registro, de no ser por su alianza con el PRI y de nueva cuenta con el PAN.

Pero si de lastres hablamos tenemos al PRI, el Partido Revolucionario Institucional es ese partido que encarna el viejo dicho mexicano “todo por servir se acaba y termina por no servir”, debemos reconocerle que durante sus gobiernos (más de 70 años de ellos) se crearon o sentaron las bases de instituciones sólidas y emblemáticas del México actual, tales como el IMSS, el Infonavit, el INE (antes IFE), el INEGI, entre otros muchos organizamos autónomos, otros no,  que han marcado la vida democrática de nuestro país, sin embargo, debemos subrayar que fueron precisamente esos más de 70 años de gobierno sin posibilidad de alternancia que mancharon al partido, eso y sus actos descarados de corrupción, represión y complicidades con el crimen organizado.

El caso del Partido Acción Nacional (PAN) es muy distinto, este es un partido que desde sus orígenes se planteó como la principal y primer fuerza de oposición a ese partido hegemónico en el poder, el PRI; y así se concebía y veía, hasta que en el año 2000 logro conquistar el poder con Vicente Fox como presidente de México, pero sus negocios por debajo de la cintura con el PRI para mantenerse en el poder con Felipe Calderón lo marcaron de por vida como un traidor al pueblo de México.

Y así es como tenemos hoy en día una alianza entre los tres, una que desde sus inicios está destinada a fracasar, tan solo ver los resultados de esta última elección, en la que de 15 gubernaturas en disputa la alianza no conquisto a una sola, si es reconocible su vitoria en el CDMX, donde lograron vencer al rival en su propia casa, arrebatándole la mitad de las alcaldías que gobernaba, y es aquí donde esta alianza debería de comenzar a trabajar, a reorganizarse e intentar conquistar lo local y posteriormente el ámbito estatal, deben consolidarse como una verdadera oposición esa que no fueron por sus 70 años de poder, sus 12 de transición (fracasotrancisional) y sus 25 años de cacicazgo en el entonces DF.

Deben aprender a ser eso que no fueron, a tejer nuevas redes de colaboración con la ciudadanía y entender y comprender en que fallaron y porque nunca hicieron algo para remedar eso, de no entender eso y hacerlo en el 2024 ni su coalición ni sus discursos incesantes lograran convencer a esos olvidados por ellos mismos.

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