lunes, marzo 18, 2024
Los alumnos hacemos a la escuela y no la escuela a nosotros: Diana Galván

Reconocida en 2019 con la Presea “Ignacio Manuel Altamirano Basilio”, con un promedio general de 9.5, es la primera integrante de su familia en realizar estudios de nivel superior.

Diana Miriam Galván Rojas, originaria del municipio mexiquense de Tequixquiac, es egresada de la Licenciatura en Actuaría de la Unidad Académica Profesional Huehuetoca de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), que este año cumple una década de formar profesionistas en esta zona de la entidad.

Reconocida en 2019 con la Presea “Ignacio Manuel Altamirano Basilio”, galardón con que se distingue anualmente al alumno con más alto promedio general de cada uno de los centros universitarios y unidades académicas profesionales de la institución y la primera integrante de su familia en realizar estudios de nivel superior, Diana fue madre a los 19 años de edad, apenas un año después de haber iniciado la licenciatura.

“Definitivamente, fue muy difícil estudiar embarazada y todo mundo me decía que se habían truncado mis sueños, pero mi pareja me impulsó y apoyó a continuar con mi carrera. Fue difícil dividirse entre el bebé, la escuela y la casa, pero no hay imposibles cuando realmente quieres cumplir tus sueños”, afirmó.

En la actualidad, la universitaria, la menor de tres hermanos, tiene dos hijos, un niño de siete años y una niña de dos, y desde hace casi un año labora en una empresa del municipio de Tequixquiac que realiza trabajos en varios países.

Diana relató que decidió estudiar Actuaría porque sus maestros siempre destacaron su desempeño en las matemáticas. “De hecho, cuando estudiaba la prepa participé en varias ocasiones en las Olimpiadas de Matemáticas, que justamente organizaba la UAEMéx. No tenía claro qué quería estudiar, pero sabía que tenía que ser algo relacionado con las matemáticas, así que cuando me enteré que esta institución ofrecía la Licenciatura en Huehuetoca, que se ubica a una hora de mi domicilio, inicié los trámites para inscribirme”, dijo.

Refirió que desde que ingresó a la Unidad Académica Profesional Huehuetoca en 2014, espacio académico con apenas un año de trabajo, quedó “maravillada con la calidad de los profesores, con su preparación. Tenemos egresados de la UNAM, del IPN, actuarios, matemáticos. Estoy muy orgullosa y agradecida con los profesores que me dieron clases, con su profesionalismo y calidad humana”.

Abundó que el hecho de contar con un espacio de nivel superior tan cerca de su domicilio le facilitó continuar con sus estudios, sobre todo cuando se embarazó.

“La calificación no nos define como personas, pero es un reconocimiento al esfuerzo que uno hace. Todo mi embarazo asistí a clases, hasta el día que nació mi hijo. Ese día, recuerdo, tenía un examen que ya no pude presentar porque tuve que ir al hospital. Hubo temporadas muy difíciles, pero siempre me esmeré y me dediqué al estudio. Soy comprometida, cumplida y todo ello, en conjunto, me llevó a lograr la Presea con un promedio general de 9.5”, precisó.

La universitaria narró que al día siguiente de concluir sus estudios de licenciatura comenzó a buscar trabajos, incluso en la Ciudad de México, lo cual implicaba traslados de hasta tres horas. Busqué en bancos y aseguradoras, pero parecía que todo se complicaba por los traslados y el hecho de ser madre.

“No encontré trabajo inmediatamente y me embaracé nuevamente. Entonces decidí hacer un alto y disfrutar mi segundo embarazo, disfrutar a mis dos hijos”, dijo.

Sin embargo, relató, a mediados de 2020, en el inicio de la pandemia, tuvo la oportunidad de impartir clases a distancia en la Unidad Académica Profesional Huehuetoca, lo cual fue perfecto para ella.

“Un primer semestre impartí Teoría del Interés y el segundo, Matemáticas Financieras Avanzadas. Durante ese lapso empecé nuevamente a buscar empleo y conseguí un puesto en el área de finanzas de una empresa local que realiza trabajos para firmas como CEMEX, HOLCIM, VITRO y Grupo Modelo, con obras en países como Jamaica, Trinidad y Tobago, República Dominicana y Colombia. Está muy cerca de casa, así que no tengo que distanciarme tanto de mis hijos”, sostuvo.

Sin duda, señaló, es difícil organizar los tiempos. Trabajo de 9:00 a 18:00, así que me tengo que salir muy temprano, pero antes debo dejar listos a mis hijos para ir a la escuela y al regresar tengo que ver qué les hace falta, hacer tarea con ellos, darles de cenar y bañarlos.

“Es un poco frustrante porque las mujeres a veces no nos damos ese tiempo para nosotras porque siempre estamos atentas a las necesidades de los hijos, el quehacer de la casa, el trabajo y una infinidad de cuestiones, pero no es algo imposible”, dijo.

Por fortuna, Diana cuenta con una red de apoyo importante, conformada por sus padres y hermana. “Sin duda, en algún momento mis padres pensaron que ya no continuaría estudiando, pero nunca me dejaron de apoyar y hoy están muy orgullosos de mí. Soy la licenciada, dicen, y el ejemplo para mis sobrinos”.

Por otra parte, su esposo, Uriel Miguel, siempre la apoyó para seguir estudiando y se hizo cargo de los gastos de ambos. “Es un hombre muy trabajador y responsable, admirable porque él si tiene que separarse de nuestros hijos para buscar oportunidades y cubrir los gastos de la casa”.

Diana Miriam Galván Rojas expresó que está muy satisfecha y orgullosa de haber estudiado y trabajado en la Universidad Autónoma del Estado de México. “Finalmente, los alumnos hacemos a la escuela y no la escuela a nosotros. Me he demostrado que tengo la capacidad para hacer cualquier cosa”, concluyó.

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