El pago anual de intereses supera el presupuesto destinado a todos los programas sociales federales y proyectos emblemáticos de AMLO.

Por Eduardo Alonso

Economistas de diferentes partes del país plantearon suspender de manera temporal los pagos por intereses que realiza México, por concepto de la deuda nacional, a organismos financieros internacionales y banca privada nacional y extranjera.

En el marco del “Foro por el NO pago del servicio de deuda en México” registrado en la Biblioteca del Congreso local, Bernabé Enríquez y Héctor Torres González, economista y Fundador de la “Promotora por la Suspensión del Pago de la Deuda”; junto con William Gaviria Ocampo, docente universitario de Colombia y miembro del “Comité para Abolición de las Deudas ilegítimas”, coincidieron en señalar que al registrarse una renegociación de las deudas nacionales de México y países latinoamericanos generaría un crecimiento extraordinario ya que ese dinero sería invertido en mejorar las condiciones de cada nación.

En el evento al que también asistió Max Agustín Correa Hernández, diputado del Grupo Parlamentario de Morena y Norberto Morales Poblete, Coordinador estatal del Partido del Trabajo, los especialistas en economía coincidieron en señalar que se debe coordinar un frente común de todas las naciones de latinoamericana que registran deudas nacionales que no les permite crecer y mejorar las condiciones de su población.
Héctor Torres dijo que en México la deuda pública total asciende a 13.3 millones de millones de pesos, es decir 13.3 billones de pesos, de la cual una tercera parte la tienen fondos de inversión internacionales y organismos mundiales, y las otras dos terceras partes la banca privada nacional y extranjera.

Explicó que la deuda nacional fue generada por una visión presidencial neoliberal que tuvo como objetivo no sólo vender empresas que antes eran de todos los mexicanos como Teléfonos de México (Telmex) y sistema ferroviario nacional, entre otras, sino también pedir dinero prestado para poder operar el país.

El resultado, precisó, no fue positivo para la población mexicana ya que las desigualdades sociales se ampliaron, es decir los ricos se hicieron más ricos y los pobres más pobres; por lo que el supuesto objetivo de pedir dinero prestado para mejorar las condiciones del pueblo nunca ocurrió.

Es muy grave lo que nos dejó el neoliberalismo que empobreció al país, nos convirtió en un gran importador de semillas y de productos en general, y no en un generador de nuestros propios alimentos, explicó el Licenciado en Economía Héctor Torres.

“No sabemos en qué se invirtió todo ese dinero” que los expresidentes mexicanos pidieron prestado, subrayó al precisar que en el presente año se destinarán 869 mil millones de pesos para pagar sólo los intereses de la deuda nacional de México.

Monto superior al presupuesto anual de egresos destinado a todo el sector educativo y salud nacional, programas de becas, pensión para adultos mayores y todos los proyectos emblemáticos del presidente Andrés Manuel López Obrador.  

“El puro pago de intereses (de la deuda nacional) rebasa todos los programas sociales y proyectos prioritarios de este gobierno en 2022”, enfatizó el especialista en economía.

La deuda pública del gobierno mexicano es tan grave, ejemplificó, que tan sólo por el Fobaproa se pagan 40 mil millones de pesos al año, monto superior al presupuesto destinado a operar el programa de pensiones para adultos mayores ya que éste asciende a 340 mil millones de pesos.

Por lo anterior se pronunció a favor de conformar un Frente común para renegociar las deudas, la unión hace la fuerza, expreso.

Por su parte William Gaviria Ocampo del Comité para Abolición de las Deudas Ilegitimas, aseguró que lo que sucedió en México pasó en un gran número de países latinoamericanos que hoy enfrentan severos problemas por el pago de sus deudas públicas contratadas en las últimas décadas por mandatarios que han sido señalados por actos de corrupción.

“Lo que antes era patrimonio público, hoy es patrimonio privado”, enfatizó al recordar que el proceso de privatizaciones sucedió en un gran número de naciones, porque los mandatarios latinoamericanos responden a intereses del sector privado, de grandes capitales, y no a su población.

Consideró que un gobernante no puede decir que no va a pagar sus compromisos financieros porque en automático los capitales internacionales inician una ofensiva de bloqueo que complica las finanzas de cualquier país, pero lo que sí pueden hacer las naciones soberanas es lo que en su momento emprendió Rafael Correa, ex presidente de Ecuador, el cual ordenó una auditoria para demostrar a sus acreedores que no sólo existían contratos falsos sino también que estaban incurriendo en “anatocismo” financiero, es decir estaban cobrando intereses sobre intereses.

Y a partir de que logró documentar y demostrar su aseveración con acciones legales y mecanismos contemplados en lineamientos internacionales, precisó William Gaviria, la comunidad internacional financiera admitió que le asistía la razón en algunos temas y fue así como Correa logró renegociar parte de su deuda y dejar de pagar y/o recuperar 8 mil millones de dólares que los destinó a creación de infraestructura y sector educativo de su país.

La lucha por revisar y eliminar las deudas dentro de los cauces legales no se puede dar solo por una nación, sino tiene que emprenderse de manera conjunta por ello el Comité de la Abolición para la Eliminación de las de las Deudas Ilegitimas, plantea la unión de la población y sus representantes populares para conformar un Frente latinoamericano que tenga como propósito renegociar las deudas y generar procesos de suspensión, concluyó William Gaviria.

Por último, Max Correa, diputado de Morena, se pronunció a favor de emprender, inmediatamente, todo tipo de acciones para que la población mexicana y de países latinoamericanos impulsen, conjuntamente, una renegociación de sus deudas públicas nacionales con el objetivo de lograr una suspensión temporal de los pagos realizados a organismos financieros internacionales.

La medida otorgaría un respiro a las finanzas de cada nación e impulsaría sus respectivas economías, ya que el dinero que hoy se envía para el pago de intereses de la deuda se destinaría a la salud y educación de la población, así como a la creación de infraestructura, precisó el legislador mexiquense de la 4T.