viernes, marzo 29, 2024

En México se aplican alrededor de 1.8 millones de dosis al año y hay renuencia y desconocimiento sobre las ventajas de la vacunación.

La vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), causante directo de cáncer cérvico uterino, es ‘ampliamente conocida’ por la población, pero no de aplicación tan masiva en México.

No se sabe, además, si es tan eficaz como en otras poblaciones distintas a la mexicana debido a la variabilidad de genotipos dominantes por región, apunta el doctor Alexander Pedroza, investigador de la UNAM.

Más del 98 por ciento de los tumores de cuello cérvico uterino, conocido como carcinoma cérvico uterino, están relacionados con la infección por el VPH.

Como parte de un abanico de proyectos sobre cáncer e inmunología, Pedroza evalúa el efecto y el nivel de vacunación contra el VPH, que causa una de cada diez muertes por cáncer en mujeres mexicanas.

Pedroza considera evaluar la pertinencia de aplicar la vacuna también en hombres, como se ha propuesto en otros países.

Desde 2012 la vacuna contra VPH forma parte del programa nacional de vacunación. Sin embargo, las primeras pesquisas de Pedroza indican que el nivel de vacunación es “realmente bajo”.

Antaño, la vacunación contra VPH era escasa y voluntaria. Hoy, apunta el investigador universitario, pese a que es a nivel de todo el sistema de salud, se aplican alrededor de 1.8 millones de dosis por año en nuestro país. Poca cobertura para una población de más de 125 millones de personas, donde se estima que un 5.7 % corresponde a mujeres de 9-14 años de edad y que deben administrarse dos dosis de la vacuna para lograr un nivel de protección adecuado.

Por mitos y prejuicios que pregonan los grupos anti vacunas, así como por falta de información sobre las ventajas de la vacunación, hay mucha renuencia: “a veces las chicas no saben si ya se la aplicaron ni cuántas dosis”.

No se sigue adecuadamente el esquema de vacunación, dice el doctor Pedroza. No solo falta labor de convencimiento, sino también que las autoridades sanitarias promuevan una mayor aplicación de la vacuna.

Hay tal desconocimiento en la población en general, que una medición preliminar indicó que incluso en la misma FES Iztacala, los estudiantes de recién ingreso tenían un limitado conocimiento sobre la vacuna, el VPH y el tipo de cáncer que causa.

Pese a todo lo que se sabe de enfermedades de transmisión sexual (ETS), es impresionante el alto riesgo infección. Chicos y chicas, en sus prácticas sexuales, no se protegen y cuando usan protección, son solo anticonceptivos para evitar embarazo pero —subraya Pedroza—no la transmisión de enfermedades infecciosas, entre ellas la causada por el Virus del Papiloma Humano.

En algún momento de su vida —según un reporte del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva—, ocho de cada 10 personas se infectan con el VPH, pero solo en 1 de cada mil persiste la infección y puede progresar a cáncer.

El cáncer de cuello uterino es la única neoplasia casi prevenible al 100 por ciento, mediante la vacunación (protege contra los tipos de VPH asociados al 70 por ciento de los cánceres), el uso de condón (reduce en 70 por ciento la transmisión de la infección), así como con una oportuna detección y tratamiento de lesiones precancerosas.

Fuente: UNAM

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