Por Marlene Estenssoro Pineda*
Con el cierre de los colegios como medida preventiva ante la pandemia del COVID-19, nos enfrentamos a un escenario de incertidumbre sobre el impacto que está teniendo el proceso educativo en el país.
Con la presencia del virus SARS-CoV-2, el sistema educativo ha tenido que enfrentar nuevos desafíos, obligándose a culminar lo que queda del ciclo escolar en línea, aunque parece poco preparado para confrontar esta situación.
Escuelas privadas como públicas no se encuentran preparadas o capacitadas para trabajar en línea, tanto alumnos como profesores descubrieron limitantes en el manejo de las plataformas o aplicaciones para llevar a cabo las clases.
Asimismo, se descubrió que los alumnos presentan problemas para poner atención durante las clases dificultándoles el cumplir con las tareas otorgadas, reflejando un descenso en las calificaciones hasta un 40 a 60 por ciento.
Las escuelas públicas han sido las principales en presentar problemas para dar clases en línea, pues la mayoría de los alumnos son de bajo nivel socioeconómico y se les dificulta el acceso a internet o a portar cualquier dispositivo electrónico que les permita tomar sus clases o cumplir con sus asignaturas.
Ante esta situación, la Secretaría de Educación Pública decidió apoyarse en los canales de televisión abierta con los que cuentan universidades como la UNAM (canal 120) y el IPN (canal 11) para continuar con el ciclo escolar 2019-2020
De acuerdo con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), las televisoras de las entidades son insuficientes, ya que solo tienen cobertura del 50% del territorio nacional. Asimismo, no están siendo acompañadas de guías efectivas para maestros, alumnos y padres de familia.
Igualmente, las escuelas privadas también han presentado complicaciones tanto del lado de los alumnos como de los maestros. “A pesar de que mi clase no es difícil, me ha costado trabajo mantener a mis alumnos en línea, muchos se conectan, pero no ponen atención, se ve que se levantan y luego otra vez se conectan. Mientras que otros se conectan tarde o ni si quiera se presentan a clase”, mencionó la maestra Carla Verónica Moreno Ambriz de la preparatoria Instituto Universitario Franco Inglés de México.
Debido al cambio de clases presenciales a línea, se tomó la decisión de calificar solo en escala considerando trabajos, proyectos y asignaciones sin aplicar exámenes. “He observado que esto los ha hecho un poco más flojos porque al no haber exámenes, ya no se preocupan por poner atención en clase o estudiar sobre la materia como normalmente se haría”, explicó Moreno Ambriz.
No hay duda de que los desafíos que enfrenta el sistema educativo mexicano son complejos, y aún más difíciles de superar en tiempos en los que no sólo se está perdiendo aprendizaje, sino también la interacción de los alumnos. “Mis pequeños toman clases en los canales de televisión que otorgó el gobierno, pero les es difícil entender algunas veces, siempre tienen dudas y hay temas que ellos ya habían visto. Yo los veo más estresados y frustrados por el simple hecho de que les dejan muchas tareas y también porque se la viven en casa todo el tiempo. Mis hijos extrañan el salir y ver a sus amigos. Algo muy raro es que me digan que extrañan ir a la escuela, algo que jamás había visto”, opinó Gabriela Cejudo Perea, madre de familia.