viernes, abril 26, 2024

Erradicar el término “princesa” y apuntalar el de “presidenta”, plantea especialista en violencia de género.

Por Eduardo Alonso

“Deberías de ser más femenina”, “las niñas no dicen groserías”, “seguro está en sus días”, “hay que educarlas, no las educó su mamá”, “no hay que entenderlas, solo hay que amarlas”, “necesita una cogida para que esté de buenas”, “corres como niña”, “el último en llegar es vieja”, “pegas como niña”, fueron las frases expuestas por la Doctora en Antropología Georgina Cárdenas Acosta, para demostrar como todos los días algunos hombres perpetúan conductas verbales que violenta a las mujeres de manera consciente e inconsciente.

La protagonista de la conferencia titulada “Los Vasos Comunicantes de la Violencia de Género” registrada en el Congreso local, pidió a las mujeres no seguir sosteniendo estructuras patriarcales y a los hombres desprenderse de sus “privilegios” verbales y conductas machistas que en nada ayudan a edificar una sociedad justa, equitativa, pero sobre todo a erradicar la violencia de género presente todos los días en el ámbito público y privado.

“Por un lado está la violencia feminicida, pero muchas veces esa violencia puede tener relación con violencia económica, con violencia sexual y por eso es que esta conferencia se llama Vasos comunicantes de la violencia”, explicó Georgina Cárdenas.

La también jefa de la carrera de Sociología en la Facultad de Estudios Superiores de Aragón de la UNAM e miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel I, detalló que a través de la Ley General de Acceso a las Mujeres de una Vida Libre de Violencia se busca atender, erradicar, sancionar y en su caso reparar el daño causado por los autores de violencia de genero.

Durante la conferencia Georgina Cárdenas realizó un recuento de la evolución que ha tenido el movimiento feminista en México, el cual desde 1970 empezó a evidenciar la violencia contra las mujeres, la cual desafortunadamente hasta la fecha no ha logrado erradicarse.

La especialista explicó las acciones precisas que en el ámbito familiar y público pueden realizar las personas para erradicar conductas machistas y aquellos comportamientos verbales que fomentan la violencia de género en todas sus vertientes.

En este sentido pidió a los hombres dejar de ser cómplices de ese sistema que de manera cotidiana violenta en mayor o menor medida a las mujeres.

Ejemplificó lo anterior precisando que un primer paso puede ser dejando de repetir que las mujeres son “princesas” y mejor dirigirse a ellas como “presidentas”.

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