La investigadora y académica de la UAEMéx Patricia Román Reyes, remarcó la importancia del extensionismo universitario en torno al trabajo agrícola impulsando así la importancia de la producción y consumo local en el Estado de México.
Con el objetivo de diseñar y mejorar estrategias de comercialización de cultivos agroecológicos de un grupo de mujeres de la localidad de San Antonio Acahualco, en Zinacantepec, la investigadora del Centro de Investigación Aplicada para el Desarrollo Social (CIADES) de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), Patricia Román Reyes, desarrolla un proyecto en el que participa la asociación de productoras rurales TONAEM ACAHUALLI.
Esta investigación, realizada en colaboración con académicos y estudiantado de las facultades de Odontología, Ciencias Agrícolas y Derecho, está vinculada con el comercio justo y el desarrollo de prácticas sostenibles que beneficien a la economía, al medio ambiente y a las familias, ya que los cultivos agroecológicos son aquellos que, en su producción, no han sido tratados con químicos y son cultivados en huertos familiares. “Si apoyamos estos proyectos, estamos apoyando más que a un grupo de mujeres, estamos apoyando a nuestra economía y a una comunidad”, precisó.
En este sentido, Román Reyes, interesada en las características de las familias y las formas en que las personas se insertan en los mercados de trabajo, enfatizó que a través del extensionismo universitario se logró la construcción de conocimiento compartido entre la academia y las comunidades. “La universidad es lo que logra afuera y eso es lo maravilloso de estos proyectos”, subrayó.
La participación de la comunidad auriverde se destacó dentro de las capacitaciones impartidas a la asociación, ya que brindó asesoramiento en el trabajo agrícola, así como el acceso a tratamientos dentales; en este mismo sentido, surgió el apoyo para registrar al grupo de productoras agrícolas y un productor como una asociación bajo el nombre de TONAEM ACAHUALLI.
Por otro lado, se compartieron talleres relacionados con el cultivo; sus cuidados y tiempos de siembra, manejo de plagas, así como sustitución y dosificación de pesticidas. Además, se ofrecieron asesorías para el acceso a programas de gobierno que benefician a las actividades agrícolas.
Tras la colaboración de las y los universitarios, la asociación adquirió herramientas para mejorar la producción de sus cultivos logrando la incorporación de su producción en mercados locales.
HACIA UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LA CIENCIA
La investigadora, quien es docente de las facultades de Humanidades, Contaduría y Ciencias Políticas y Sociales, recalcó la competitividad en la que las mujeres se encuentran dentro del mercado laboral, lo que les imposibilita tener presencia en distintos espacios y se enfrentan a una especie de penalización hacia la maternidad; por ello, subrayó que se requiere transitar hacia una vida laboral, incluida la académica, con perspectiva de género.
“La academia es un espacio muy competitivo y, entonces, hay una absoluta falta de perspectiva de género en la vida académica; resulta difícil a las mujeres estar en el mismo nivel de competitividad que los hombres”, concluyó.