A la Fiscalía parece no importarle las mujeres; el trabajo de investigación lo realizan los familiares de las víctimas.
entidad siempre ocupa el primero o el segundo lugar en las estadísticas de feminicidio que reporta mensualmente el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
El Estado de México se caracteriza por la poca preocupación que se tiene para investigar y perseguir las muertes violentas de mujer, por eso ha sido caldo de cultivo de asesinos seriales como el llamado “monstruo” de Ecatepec, o el reciente caso del “carnicero” de Atizapán que ha confesado el homicidio de 37 mujeres.
Blanca Olvera Lezama, investigadora del Instituto Nacional de Ciencias Penales INACIPE y docente de la UNAM destacó lo anterior al referir que la entidad siempre ocupa el primero o el segundo lugar en las estadísticas de feminicidio que reporta mensualmente el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. En el más reciente, que corresponde a junio, de los 79 casos registrados a nivel nacional, 66 ocurrieron en el territorio mexiquense.
“Parece que las mujeres no les importan”, expresó en entrevista exclusiva con COMUNICADORESMX, al señalar que ni la Fiscalía de Feminicidios, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México y la Secretaría de Seguridad no tienen acciones para evitar que se cometan esos crímenes.
En lo que respecta a los feminicidas seriales, señaló que éstos han sido descubiertos por familiares de las víctimas y no por investigación de las autoridades, aunado a que este tipo de criminales actúan con más saña: “lo que tienen en común es que no solo abusaban sexualmente y privaban de la vida a las mujeres de forma violenta, sino que también se comían su carne. Es terrible, son actos de necrofilia”.
Al destacar el aumento que han registrado los feminicidios a nivel nacional de 2018 a 2020, al pasar de 893 a 948, la especialista expresó: “es una masacre la que está ocurriendo. Es cierto que hay más homicidios de hombres, pero en los feminicidios, su característica es el privar de la vida a una mujer, por el hecho de ser mujer y esto deriva de la violencia familiar que ha crecido con el covid, de la cultura que tenemos, y entonces eso no se ha frenado, ningún gobierno lo ha frenado…”
En ese contexto, lamentó que en el Plan Nacional de Desarrollo del actual gobierno federal no se designaron recursos para los programas que había en materia de perspectiva de género, y con ello también se afectaron los que tenían que ver con la investigación y el abatimiento de los feminicidios y de todos los delitos de violencia contra la mujer.
Olvera Lezama también se refirió a la diferencia en las cifras de muertes violentas de mujeres reportadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública contra las que dio a conocer recientemente el INEGI.
Mientras que el primero dio a conocer que 2020 cerró con 940 feminicidios y 2 mil 783 homicidios dolosos, que en total suman3 mil 723 asesinatos de mujeres, el INEGI informó que fueron 3 mil 952. La variación es de 229 casos.
Explicó que esto se debe principalmente a que el SESNSP realiza sus estadísticas mensualmente, con datos de las carpetas de investigación, mientras que el Instituto realiza su informe anual, con base en actas de defunción.
Además, “va más allá, dice la forma en qué fue registrada su muerte: 605 por ahorcamiento, sofocación; 2 mil 284 perdieron la vida por disparo de arma de fuego, 472 por objeto punzocortante y 442 por medios no especificados”, destacó la académica.
Sin embargo, apuntó que la diferencia de esas 229 muertes, significa que el Secretariado, junto con Fiscalías, policías, ministerios públicos, peritos, Guardia Nacional no investigaron esos casos, no se enteraron, porque no se denunció el hecho o algo ocurrió, lo que representa un llamado de alerta para que mejoren su labor.
Dijo que si bien se debe confiar en las instituciones, éstas deben corregir errores: “desde la academia hacemos el análisis para provocar que haya un mejor recuento…”
Agregó que si bien las cifras que reporta INEGI son más apegadas a la realidad, al dar un promedio de 11 muertes de mujeres por día, el hecho de que se basen en actas de defunción significa que no van a estar incluidas todas las mujeres que son víctimas de la violencia: “nos imaginamos que son mucho más, que están desaparecidas y que sus cuerpos no fueron encontrados o que ni siquiera fueron reportados”.
Explicó además que existe otra problemática en el registro de los casos, y que hace que unos sí sean tipificados como feminicidios, mientras otros solo se consideran homicidios dolosos: “la falta de capacitación en el Sistema de Justicia Penal y en Perspectiva de Género, hace que exista esa división que no debería haber entre homicidio doloso de mujer y feminicidio…”
A eso se suma que cada entidad tiene diferencias en sus códigos penales en lo que respecta a las causales de feminicidio, por lo que si un policía que es el primer respondiente no cuenta con la capacitación adecuada, para reportar el hecho solo como homicidio doloso, lo cual tiene repercusiones en las investigaciones del caso.
“Los homicidios dolosos de mujer se investigan con los protocolos de homicidio que hay, esto quiere decir que no se investiga con perspectiva de género. En cambio, cuando se abre una carpeta de investigación por feminicidio, se investiga con perspectiva de género”. Añadió que cuando se investiga como homicidio doloso hay más impunidad para el responsable.
Esta situación afecta las estadísticas que a su vez, sirven para crear programas que contribuyan a disminuir los feminicidios: “no es lo mismo crear programas para 940 feminicidios que para tres mil”.
Y señaló que toda esta situación también tiene que ver con la voluntad política de los gobiernos, ya que se tienen que hacer “más programas de capacitación a policías, ministerios públicos, tiene que haber programas de política criminal para ver qué zonas son más peligrosas, y de qué forma se están dando… y con eso crear acciones y programas de prevención”, concluyó.
