jueves, mayo 2, 2024
Burocracia, generadora de crisis hídrica

Crisis de agua en Edomex radica en gestión, administración, sequía y fugas: Abigail Martínez, investigadora-UAM.

Para Abigail Martínez Mendoza, investigadora de la UAM Lerma, la crisis de agua registrada en varias zonas del Estado de México radica en un tema estructural de su gestión y administración, es decir en la forma en que se maneja, obtiene y distribuye a la población; situación que se agudiza al extremo con la sequía en la zona centro y norte del país que  llega a un 80 por ciento y las fugas de la red.

En entrevista con Luis Pantoja Ríos, titular del programa “De Análisis” que se transmite de lunes a viernes de 13:00 a 14:00 horas por la plataforma de información comunicadoresmx, la también catedrática consideró que aunado a lo anterior el saqueo del agua que realizan algunos grupos bien organizados agudizan aun más la situación de desabasto en algunos municipios mexiquenses y de la misma Ciudad de México.

En este sentido detalló que el fenómeno que padecen las cuencas del Alto Lerma va en dos vertientes.

La primera es atribuible a la sustracción del vital líquido de manera institucional, es decir el agua que toma el Sistema Cutzamala y envía a municipios del valle de Toluca y Valle de México; en tanto que la segunda es el fenómeno identificado, coloquialmente como “huachicoleo”, lo que significa robo de agua, a través de pipas, por personas que tienen perfectamente orquestado un mecanismo de tomas clandestinas de pozos que en teoría son resguardados por la autoridad municipal, estatal o Comités Independientes de Agua.

“Se está extrayendo agua de la Cuenca Alta del Lerma y no solamente por el Sistema (de agua) Lerma de manera institucionalizada, sino también se explota el acuífero de manera ilegal”, dijo la investigadora.

Recordó que una pipa en zonas residenciales de Huixquilucan puede ser comprada hasta en 2 mil pesos y es ahí donde varios se dan a la tarea de abastecer ese mercado negro de consumo.

“Eso genera el boom de las pipas” que vemos moverse con intensidad  por algunas partes del Estado de México y Ciudad de México, comentó.

Lo anterior, subrayó, implica una doble sobreexplotación que está generando la gentrificación (desplazamiento de personas pobres por ricas en determinados lugares) y la generación de múltiples conflictos hídricos.

En este sentido Martínez Mendoza ejemplificó lo anterior recordando que hace algunos meses una persona quería comprar en Malinalco un cerro donde se ubica un manantial  y permite la recarga de acuíferos que abastecen a pobladores de una comunidad.

Consideró que ante ese tipo de escenarios la ciudadanía debe demandar a sus gobiernos políticas públicas específicas que impidan que el agua sea acaparada por el sector privado y/o particulares, pero también emprender acciones concretas en lo personal y a nivel comunitario.

Aseguró que la problemática del agua no se resuelve con palos y escobas y/o bloqueos y sí a través de mecanismos de diálogo, de acciones puntuales, planes, programas y proyectos que sean acordes a la región municipal, regional, estatal y donde todos, vecinos y autoridad, estén involucrados para alcanzar un mismo objetivo.

Durante la entrevista Abigail Martínez Mendoza, investigadora de la UAM Lerma, dijo que la crisis hídrica también tiene su origen en el déficit pluvial del 80 al 90%, escasez de lluvia,  y eso repercute directamente en el llenado de las presas y sistemas de agua en general.

En cuanto a la viabilidad de que los gobiernos municipales, estatales y nacional puedan resolver la falta de suministro de agua para la población, a través de desalinizadoras, la catedrática dijo que sí es una opción, pero para casos y zonas del país muy específicas como Rosarito en Baja California.

Sitio donde existe la necesidad, pero también la capacidad económica de usuarios que sí puedan  sostener-pagar el mecanismo con sus aportaciones al gobierno y empresas que operan dicho sistema.

Explicó que otra complicación que se enfrenta con las desalinizadoras consiste en la pérdida de minerales, ya que a dicha agua hay que someterla a un proceso de remineralización para el consumo humano.

Situación a la que se suma el destino de la salmuera, agua con altas concentraciones de sal, ya que hasta el momento no hay un mecanismo para hacer que  desaparezca.

“No dudo que las Universidades estén pensando en alternativas” y quizás tengan propuestas de solución, opinó.

Por último, enfatizó que el tema de las fugas en toda la red de agua que padecen las ciudades es una situación a la que deben dar prioridad los gobernantes y en específico los Organismos Operadores de Agua, ya que dando solución a la fractura de la red hay posibilidad real de resolver el problema de desabasto, ya que las fugas rondan entre el 40 y 50 por ciento del suministro.

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