viernes, abril 26, 2024
LOS BACHES DE LA RUTA VERDE

Las decisiones para evolucionar de la movilidad fósil a la electromovilidad tienen como objetivo mitigar el daño al medio ambiente así como estar listos para cuando el petróleo se acabe, sin embargo para conseguirlo aún existen muchas dudas si es la ruta correcta.

Por Claudio Jaime Batlle

Para analizar el impacto al medio ambiente, deberá considerar que toda actividad humana genera un daño en menor o mayor grado, por ejemplo: si usted no separa sus residuos orgánicos de los inorgánicos, si mantiene lámparas o aparatos eléctricos encendidos innecesariamente o, uno de los más peligrosos, desecha inadecuadamente baterías.

Una pila por más pequeña que sea es un desecho tóxico, ya que representa un peligro de contaminación al momento de su descomposición: mal procesada, una sola pila de óxido de plata de las que se utilizan en los relojes de pulso, puede contaminar catorce mil litros de agua.

Legislaciones modelo

Los cambios en las legislaciones de las principales potencias económicas se implementaron en general para terminar con la fabricación de vehículos particulares a combustible fósil antes del 2050, sin embargo la tecnología actual para alcanzar esa meta tiene aún profundos baches que explorar o bien buscar otros caminos en paralelo para que al final de las reservas reales de petróleo (no las estimadas) se evite una inesperada catástrofe mundial.

El 8 de agosto del 2022 el congreso estadounidense aprobó estimular a los compradores de autos eléctricos con hasta 7 mil 500 dólares en créditos fiscales, sin embargo, esta medida limita que los contenidos minerales de las baterías se obtengan en ese país.

Posterior a ello y como modelo para que el resto de los estados de la unión americana implementen la tendencia a la electromovilidad el Consejo de Recursos del Aire de California aprobó el 25 de agosto del 2022 la regulación Advanced Clean Cars II (Autos Limpios Avanzados II) con el objeto de estimular el crecimiento de las ventas de autos y camionetas ligeras cero emisiones y obtener reducciones masivas en la contaminación que causa el calentamiento global, la regla establece un mapa anual para que en 2035 solamente los autos y camionetas ligeras cero emisiones sean vendidas en California.

La reducción de gases de efecto invernadero tiene el objetivo de disminuir la frecuencia de catástrofes naturales a medida que el planeta se calienta, tales como sequías e inundaciones entre otras.

Sin embargo para que esa amenaza disminuya sustancialmente se deberán realizar medidas más enérgicas tales como la evolución de la generación de electricidad a partir de combustibles fósiles (carbón y gas) hacia las energías renovables, demanda que además se incrementará en teoría, hasta 4 veces por encima de su nivel actual una vez que los usuarios de vehículos eléctricos requieran recargar sus baterías.

¿Verde, verde, lo que se dice verde…?

Para atenuar el cambio climático la solución no solamente radica en el uso de vehículos eléctricos, ya que su proceso de fabricación deberá mantener estándares de contaminación menores a los actuales.

Por otra parte los vehículos eléctricos utilizan los mismos componentes contaminantes que los vehículos de gasolina y diésel, refiriéndose a los plásticos y a los neumáticos entre otros, todos estos factores derivados del petróleo son importantes fuentes de contaminación ambiental, por lo que el avance en la investigación y desarrollo de cómo hacer que esos componentes sean menos contaminantes, al mismo tiempo que los vehículos eléctricos se perfeccionan tiene la misma importancia.

Contaminación generada por la producción de litio

En estos momentos el componente crítico para la circulación de vehículos eléctricos son sus baterías las cuales están compuestas principalmente de litio, metal altamente reactivo y que para la obtención de una tonelada de este compuesto se requiere de la evaporación de 2 millones de litros de agua, la huella hídrica que representa afecta significativamente a las regiones donde este alcalino se encuentra considerando además los altos niveles contaminación de los yacimientos subterráneos.

En los sitios web así como en las fichas técnicas de los vehículos eléctricos en el mercado, se omiten los datos respecto a las cantidades exactas de litio en sus baterías, sin embargo el que tantos kilos de litio se utilicen para cada auto no es lo más preocupante, sino el destino que tendrán esas baterías una vez que su tiempo de vida útil termine.

La incertidumbre respecto al mercado del reciclaje y el confinamiento de los desechos tóxicos procedentes de las baterías de vehículos eléctricos estriba en su viabilidad financiera, ya que si este nuevo nicho de mercado no entusiasma a los inversores, la responsabilidad de qué hacer con una batería muerta será del propietario del vehículo, independientemente de los costos de reemplazarlas los cuales actualmente se acercan a los precios de un automóvil a gasolina.

Este colapso podría no ser visible en lo inmediato, ya que una vez que la inercia de la movilidad eléctrica inicie, la demanda de litio y/o los nuevos componentes descubiertos en el futuro próximo se elevará exponencialmente y la espiral iniciará su rotación sin fin.

Y no lo olvide, no compre lo que no necesita y no gaste más de lo que gana.

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