miércoles, octubre 9, 2024

Hoy en día son más escasas las personas que sostienen relaciones de pareja “tradicionales”.

Por Claudio Jaime

Actualmente el mundo vive una época de cambios, unos inducidos forzosamente ante la crisis de salud por el coronavirus sucedida a partir de finales del 2019, así como la consecuente crisis económica que provocó y otros creados a causa del cambio de conciencia en cuanto a la forma de ver la vida.

Hoy en día son más escasas las personas que sostienen relaciones de pareja “tradicionales”. Como novedosa incongruencia del siglo XXI se elevan las cantidades de personas que optan por la soltería como alternativa de vida, o que deciden postergar el momento para la vida en pareja.

El nuevo paradigma de vida se orienta a ser, no a tener, pensando en usted como integrante de una sociedad donde lo que hace repercute en los demás, donde quienes guían el desarrollo son líderes aptos, no jefes ineptos, trazando sus metas con mucha anticipación, no improvisación, a base de lógica y equilibrio, sin la esperanza de milagros, recordando que tan importante es el camino como el objetivo, generando en usted un ente con propósito y sentido.

Según la Oficina del Censo de EUA, al cierre del 2019 en ese país se encontraban en estado de soltería (etiquetados como, nunca casados) con más de quince años y menos de cuarenta, 45 mil 279 hombres y 40 mil 084 mujeres, englobando a todos los grupos raciales y étnicos que habitan ese país.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI), en México la mayor parte de la población de 15 y más años está unida. Así lo indica la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) en el tercer trimestre del 2018: casi tres quintas partes (57.6%) se encuentra en esta situación conyugal, mientras que 31.7% está soltera y 10.7% separada, divorciada o viuda.

Esta estructura cambia radicalmente dependiendo de la edad de la población. Por ejemplo, si se analiza sólo al grupo de 15 a 29 años las proporciones son distintas, pues las personas solteras representan 67.8 por ciento.

Ahora bien, si se hace la comparación según sexo, resulta que para las personas de 15 y más años la proporción de hombres unidos es mayor (59.7%) que en las mujeres (55.8 por ciento). La diferencia es de prácticamente cuatro puntos porcentuales.

Este nuevo estatus social en nuestro país se enfrenta en común con los solteros y casados (o que viven en pareja) a la incertidumbre que representa la interpretación y representación de conceptos como: amor, dinero y felicidad. Pero el punto es: ¿cuál de estas opciones de vida es mejor para su bolsillo?

Matrimonio o vivir en pareja, una alianza

Dependiendo del estilo de convivencia en pareja que se desarrolla en diversas sociedades, los roles de aportación económica son diversos, en lo que a México se refiere, durante los últimos 30 años, ha quedado claro que el esquema tradicionalista de la figura masculina proveedora y con exclusiva facultad de decisión sobre el rumbo familiar ha quedado tanto desfasado como inútil.

La participación de las mujeres en la sociedad no se trata de una mera concesión o bondad social, representa la justa manera de convivencia, en cuanto a justa se refiere a el ejercicio de su derecho de participar en todos los ámbitos, ya que goza de iguales derechos y obligaciones ante la ley, por lo que su derecho a aportar y decidir se encuentra en el mismo plano que el género masculino.

En la práctica un hogar con aportaciones económicas por parte de sus dos principales integrantes cuenta con márgenes superiores para la realización de proyectos de beneficio común, tales como:

  • Infraestructura (casa propia, inversiones, creación de su propia fuente de ingresos en el mediano o largo plazo).
  • Educación (estudios superiores, cursos extracurriculares como idiomas, deportes entre otros).
  • Servicios (transporte, telefonía, internet, vacaciones, asesorías financieras o servicios de despachos legales).
  • Ahorro

Si lo anterior corresponde con su expectativa de vida, entonces tendrá que encontrar a la pareja (socio (a)) idóneo para que sea realizable, el matrimonio o vivir en pareja es una sociedad donde ambos aportarán su capital humano (capacidades intelectuales destreza, experiencia y/o formación), para alcanzar sus objetivos.

Lo anterior con base a un plan de vida que abarque principalmente la forma de su vínculo, con o sin hijos, esto al igual que la decisión de ser casado o soltero o solamente vivir en pareja, no de ser forzado o comprometido por que alguna de las dos partes decidió de forma unilateral embarazarse y así forzar la relación o peor aún, embarazarse cada vez que la otra parte propone disolver el vínculo, que en todo caso, este es el peor de los comienzos y por tanto tendiente a un divorcio en el mediano o largo plazo.

Estas son decisiones personales, de responsabilidad única y que, para satisfacción de la pareja, deberá ser independiente de factores externos (familia, entorno laboral o social). Y deberá de igual forma hacerse respetar.

La presión social

Es otro aspecto para considerar ya que tanto hombres como mujeres deciden casarse solo para “encajar” en sus círculos laborales, sociales y familiares, llevando como consecuencia en el mediano o largo plazo la disolución del vínculo, con todo la problemática que conlleva:

  • Trámites legales como: el mismo juicio de divorcio, pensiones, repartición de bienes etc.
  • Custodia de los hijos si los hay.
  • Reubicación en nuevos domicilios y restablecimiento en ocasiones, en una nueva ciudad.
  • Adaptación a un nuevo entorno social.

Otro concepto que influye en la estabilidad de un soltero o un casado, son las redes sociales, considere que la red representa el espacio idóneo para la exhibición, la agresión y la burla, así como para la circulación de desinformación y mentiras.

Si usted incluye a las redes sociales en su vida personal evite publicar sus problemas personales ahí, sus problemas requieren de soluciones personales, no del escarnio social.

Olvide el miedo al fracaso, si sucede, recuerde que es un moretón, no un tatuaje, una experiencia de la que aprenderá y que como quiera no perderá, ser soltero no representa una anomalía social como podría conceptuarse.

Ser soltero o casado es una decisión personal, única y que proporciona la base para incrementar las probabilidades de una vida financieramente estable, satisfactoria y plena, el respeto de sus decisiones es un derecho fundamental, hacerlo valer también es parte de una vida feliz y productiva, con, sin, o a pesar de su familia.

Elabore su plan para alcanzar lo que, para usted, representa felicidad, no importa que lo tenga que modificar, sea flexible, luche, esfuércese por ser feliz, realmente feliz sea sincero consigo mismo y haga de su vida, su obra maestra.

Y no lo olvide no gaste más de lo que gana.

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