domingo, mayo 19, 2024
Veneran en Metepec reliquia de “Joselito” el niño mártir mexicano

Fue canonizado en 2016 por el Papa Francisco. Visitará varias parroquias de la Diócesis de Toluca.

Por Marycarmen Aguilar

Metepequenses tienen oportunidad de venerar en estos días de mayo la reliquia en primer grado de José Sánchez del Rio, el niño mártir mexicano, canonizado por el papa Francisco¸ joven michoacano quien fue torturado y asesinado durante la guerra cristera, mostrando una valentía admirable, ejemplo ahora para fortalecer y promover la fe entre el sector infantil y juvenil de todo America Latina.

Su vida y sobre todo su muerte lo han convertido en uno de los santos mexicanos que más orgullo representan y más favores realiza para consuelo principalmente de madres que piden protección divina e intersección celestial para sus hijos adolescentes.

Una de las reliquias de “Joselito” está actualmente en la Capilla de Santa María de Guadalupe, en La Pilita, municipio de Metepec, recibirá honores hasta el miércoles 8 de mayo, cuando proseguirá su visita a otras capillas más del municipio y varias poblaciones del Valle de Toluca, llevando su mensaje de fervor, determinación, valentía y fortaleza espiritual.

Además de la posibilidad de tener una imagen impresa, convertida en reliquia de tercer grado, al ponerla en contacto con la reliquia de primer grado( un fragmento óseo de Joselito) quienes acudan a las parroquias donde lo venerarán, también podrán conocer, a través de una película,  muchos más detalles de su vida y motivos por los cuales fue sacrificado cruelmente, entre otros aspectos que le valieron convertirse en el santo mexicano más joven para la iglesia católica.

Cabe destacar que José Sánchez de la Cruz se ha convertido en un santo peregrino, desde hace varios años ha realizado el llamado “Camino de la fidelidad”, visitando varios estados de la república, incluso ya llegó a otros países, como Panamá donde se realizó la Jornada Mundial de la Juventud, en 2019, partiendo desde la parroquia de Santiago Apóstol de Sahuayo, la ciudad natal del niño santo mexicano.

Otros mexiquenses han tenido ya la suerte de estar cerca de estas reliquias de “Joselito”, la Diócesis de Valle de Chalco fue de las primeras en experimentar un gran acontecimiento de fe y esperanza con la Visita de las Reliquias de primer grado de San José Sánchez del Río, quien “visitó” parroquias de las tres Vicarías Episcopales del territorio diocesano, para que los niños, jóvenes y adultos pudieran expresar sus muestras de cariño, admiración, respeto  y veneración hacia el joven mártir cristero, quien con su testimonio de vida y sobre todo de su muerte, anima en la actualidad a la feligresía a defender y fortalecer sus creencias también en este tiempo.

En este entonces  la Zona Volcanes, Chalco y Valle de Chalco, fieles de todas las edades depositaron a los pies del relicario y la escultura de bronce de San Joselito, sus peticiones que fueron presentadas en el Santuario de los Mártires Mexicanos en Guadalajara, por la Peregrinación “Dejando huella”, conformada por cinco entusiastas jóvenes de la Red San José Sánchez del Río, quienes acudieron al 1er Encuentro Internacional de Adolescentes y Jóvenes.

Otro gran momento de encuentro con estas reliquias se vivió, justo este año, en febrero, en el Colegio Salesiano Ángela Segovia de Serrano, Barrientos, Estado de México, donde acompañado por un numeroso cortejo arribó  ‘San Joselito’ , cuya frase, enunciada a su madre durante aquella infausta gesta en época de la revolución, es ahora símbolo de fe y defensa de la fe cristiana: “Nunca ha sido tan fácil ganarse el cielo como ahora”.

Esa frase porta la imagen de “Joselito”! quien recibe en estos días a los feligreses de la Capilla de Santa María de Guadalupe en la Pilita, municipio de Metepec, estado de México, donde se han dado cita cientos de personas, sobre todo madres de familia acompañadas de sus hijos, pequeños y adolescentes para venerar la reliquia, dejando sus intenciones bajo la intercesión de San José Sánchez del Río, mártir mexicano, nacido en Sahuayo de Morelos, Michoacán un 28 de marzo del año 1913.

 Sus padres Macario Sánchez y doña María del Río, fueron testigos de la persecución que sufrió la Iglesia Católica en México, terriblemente represora cuando fue promulgada la llamada ‘Ley Calles’ en 1926; esto ocasionó que a los 14 años edad, su valiente hijo “Joselito” sufriera el martirio y muerte, al unirse a los cristeros y ceder su cabalgadura a un combatiente quien había perdido su caballo en la batalla.

Luego de ser capturado y apresado en la misma parroquia donde años pocos antes fuera bautizado. A “Joselito” le desollaron los pies y le obligaron a caminar así con la carne viva, mientras lo golpeaban y humillaban salvajemente, camino hacia el cementerio, donde recibió varias puñaladas y finalmente el tiro de gracia, para caer dentro de la tumba y ser enterrado sin ataúd ni mortaja.

Durante su tormento, Joselito en lugar de pedir clemencia y renunciar a su fe, solo gritaba “Viva Cristo Rey” , “Viva la Virgen de Guadalupe”, y al momento de ser sacrificado también grito “Que viva Cristo Rey, y que en el cielo nos veremos”, el 10 de febrero de 1928, en Sahuayo su tierra natal.

Su conmovedora historia le valió la beatificado el 20 de noviembre de 2005, por el Papa Benedicto XVI, posteriormente fue canonización el 16 de octubre de 2016, por el Papa Francisco. Su celebración se estableció el 20 de noviembre de 2005, pero en México se le conmemora cada 10 de febrero, fecha de su partida al cielo.

Actualmente varias reliquias en primer grado del niño mártir mexicano recorren  la República mexicana y otros países, en algunos sitios queda de fijo, formando parte ya de veneración continua en templos y parroquias, para fortalecer la fe y devoción de los católicos, quienes ven en estos objetos la posibilidad de mayor acercamiento y fortaleza espiritual.

Debemos recordar que las reliquias son objetos muy preciados por los feligreses, la más conocida en México y el mundo es la tilma de Juan Diego venerada en la Basílica de la ciudad de México; aquí en Toluca, en el templo de la Santa Veracruz y de la Merced, existe una astilla de la cruz donde fue sacrificado Jesucristo; son piezas avaladas por el Vaticano, quien les otorgó autenticidad como reliquias de primer grado.

Respecto a las reliquias de San Joselito, resalta un crecimiento importante de su culto a nivel nacional e internacional, y se preparan grandes celebraciones para su centenario de muerte; actualmente en el marco del 96 aniversario de fallecimiento de San José Sánchez del Río, el pasado 9 de febrero de 2024, la Universidad Intercontinental (UIC) recibió con mucha devoción la reliquia de primer grado del santo, entronizándola en una celebración eucarística, unidos en oración, encomendando a San Joselito a todos los jóvenes, estudiantes y seminaristas, pidiendo que lleven a buen término su formación y sean testimonio vivo de los valores cristianos.

De la misma manera se han realizado innumerables actos de fe y devoción, con ceremonias conmovedoras donde por miles han rendido homenaje al joven mártir mexicano, cuyo legado inspira valentía y amor incondicional en tiempos difíciles, y un ejemplo inspirador se anota también en la Holy Redeemer Church en Detroit, Estados Unidos de Norteamérica, donde un migrante michoacano promovió el viaje de una de las reliquias de San Joselito, para orgullo de la comunidad hispana, congregada en febrero de este año para venerar al joven santo, cuya valentía y fe inquebrantables han inspirado a creyentes de todo el mundo.

En cada sitio que visita el niño mártir, José Sánchez del Río, queda constancia de su corta vida iniciada en 1913, en el poblado de Sahuayo, estado de Michoacán, donde su infancia estuvo marcada por la persecución religiosa durante la Cristiada, un conflicto cruento entre católicos quienes denodadamente defendieron su fe contra el gobierno mexicano, proclamando la libertad religiosa.

En ese contexto de violencia y barbarie, Joselito, a pesar de su corta edad, se destacó por su valentía y devoción, convirtiéndose en un símbolo de resistencia para su comunidad. Fue torturado y persuadido para que renunciara a su fe, pero se mantuvo firme en su lealtad a Cristo. Sus últimas palabras, “¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!”, reflejan su profunda devoción y confianza en el Señor hasta el final su vida.

Su ejemplo de vida y fervor, lo llevó a ser declarado beato por el cardenal José Saraiva Martins en la ciudad de Guadalajara el 20 de noviembre de 2005, años después , el 21 de enero de 2016 el papa Francisco firmó el decreto que habilitó su canonización, desde entonces sus reliquias (fragmentos de hueso)  realizan recorrido por varios Estados de la República Mexicana, para difundir la vida y obra del santo más joven de México y promover su testimonio como modelo de vida entre adolescentes y jóvenes.

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