miércoles, mayo 8, 2024
La mayor deuda que tiene Claudia con la Ciudad de México

La única responsabilidad constitucional que tenía la ex jefa de gobierno durante su gestión era la construcción participativa del Plan General de Desarrollo y del Programa General de Ordenamiento Territorial, estos son los dos instrumentos que definen el futuro, y la dirección de las políticas públicas durante los próximos 20 años de toda la Zona Metropolitana del Valle de México.

Por Luis Ángel Sánchez Castañeda

Comienza el 2024, año electoral en el que se definen diferentes funcionarios públicos de elección popular en la federación y en gobiernos locales, y sobre los primeros es importante destacar, que este proceso electoral es el primero en toda la historia de México, en el que dos mujeres son las principales candidatas a la presidencia de la nación, un hecho sin precedentes, lo cual se celebra. Sin embargo, es importante hacer un análisis de resultados de las anteriores gestiones de ambas candidatas, esto con el objetivo de tener una perspectiva critica al momento de elegir en las urnas.

Las siguientes líneas, son una valoración a la gestión de la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México, sin que ello signifique la aprobación de la otra candidata, esto me parece importante aclarar debido al contexto político descrito al inicio.

La única responsabilidad constitucional que tenía la ex jefa de gobierno durante su gestión no fue concretada, y además fuertemente criticada por diferentes organizaciones de la sociedad civil, entre los que destacan diferentes comunidades originarias, y grupos vecinales de cada una de las alcaldías de toda la Ciudad de México.

Es decir, me referiré a la construcción participativa del Plan General de Desarrollo (PGD) y del Programa General de Ordenamiento Territorial (PGOT), estos son los dos instrumentos que definen el futuro, y la dirección de las políticas públicas durante los próximos 20 años de toda la Zona Metropolitana del Valle de México.

Basta con decir que se rechazaron y se elaboraron tres versiones de estos instrumentos y ninguno fue aprobado, a pesar de que de acuerdo con la constitución local, el PGD debía haber entrado en vigor en el año 2020 y el PGOT un año después, es decir, no pudo lograr la única responsabilidad como jefa de gobierno de acuerdo con la constitución, y además renuncio a su cargo anticipadamente para entrar a la carrera presidencial, una serie de decisiones desde mi perspectiva muy criticable.

El retraso del proceso de planeación se debió a diferentes hechos, en los cuales se encuentran involucrados actores del gobierno, organizaciones de la sociedad civil, y empresas privadas, además de la existencia de tensiones entre variables políticas, sociales, económicas, y técnicas.

Esta serie de sucesos pueden ser resumidos en una tendencia en la que las dinámicas burocráticas e intereses políticos, superaron el diseño constitucional en el que se establece claramente como debe guiarse el proceso de planeación.

Es decir, el diseño constitucional propone nuevas dinámicas administrativas en el gobierno local encaminadas a una administración pública deliberativa, en el que se democratiza la toma de decisiones en el proceso de planeación, y se elimina el monopolio del estado en el terreno de lo público, dinámicas entre el estado, y la sociedad, prácticamente nuevas en las burocracias de la Ciudad de México, por lo que en más de una ocasión la ex jefa de gobierno no respeto esta nueva forma de toma de decisiones, cada más descentralizadas de los actores gubernamentales, y más abierta a la participación ciudadana.

Esto debido a que durante toda su gestión, estuvo influyendo en el Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva (IPDP), institución encargada de liderar la construcción del PGD y el PGOT, esta violación a la independencia y autonomía del instituto, llego a tal grado de provocar la renuncia del director Pablo Benlliure, además de provocar una desarticulación en la estructura interna y una limitación de sus facultades.

El producto del proceso de planeación, son dos documentos técnicos que definen metas y objetivos de programas, y políticas públicas del gobierno de la ciudad, por lo que la influencia de Claudia también se puede observar en las tres versiones rechazadas del PGD y el PGOT, cada versión de los instrumentos fue diferente, sin embargo presentaba los mismos errores, en la siguiente publicación se profundizará en las características de los documentos publicados, para evidenciar la postura que sostengo en las presentes líneas, y que tiene la intención de cuestionar la incongruencia entre el discurso, y los hechos de la gestión de Claudia.

(Parte 1)

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